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 domingo, 03 de agosto de 2003

Ezequiel volvió a Central y ya empezó a sentirse feliz

Miguel Pisano / La Capital

Vuelvo a Central porque quiero ser feliz", había confiado Ezequiel González en su círculo más cercano, el día que tomó la meditada decisión de regresar y ponerse la camiseta del club que lo llevó a primera.

Claro, el pibe venía de un accidentado paso por Fiorentina y de un fugaz periplo por el poderoso Boca, donde para colmo se lesionó y no tuvo ni el tiempo ni las oportunidades de demostrar sus enormes condiciones.

Y ayer volvió a jugar en su Central querido, ahora con la camiseta número 5, que intercambiarían con su amigo Vitamina en la Sudamericana, aunque el Vita seguramente volverá a usar la 20, que lleva desde la recordada Conmebol del 95.

"Bienvenido Equi", rezaba en letras blancas la bandera de la camiseta gigante del tercer grande, que los muchachos de la barra desplegaron en lo alto de la popular de Regatas, como la mejor recepción oficial canalla.

La vuelta de Ezequiel tuvo además el doble mérito de haber aceptado jugar su primer partido en Central sin haber alcanzado la plenitud de sus condiciones físicas, a raíz de la lesión que lo tuvo parado un buen tiempo en Boca.

Y ayer, en la primera pelota que pisó entre dos rivales pareció que le costó picar en un campo pesado, pero enseguida comenzó a mostrar su intacta calidad de potrero cuando metió una cucharita entre dos marcadores.

Y apenas habían jugado ocho minutos cuando le punteó la pelota desde atrás en el área a Uglessich y el marcador se lo llevó puesto en el penal del gol de Petaco. Vivo y rápido, Ezequiel anticipó un segundo la jugada y generó el penal del primero. Sólo nueve minutos más tarde recibió un centro de Messera en el área y definió con una volea de zurda al primer palo, para reencontrarse con el amor de su gente.

Un caño formidable a Sena, un enganche con amonestación a Cubero, un perfecto pase al Chaqueño Herrera y su habitual entrega para tirarse al suelo a recuperarla mostraron lo mejor del Equi, que en el final se abrazó con su tío, el Cabezón San Juan, al que le regaló su primera camiseta de Central con el número 5 y el primer gol para el equipo del corazón. Sí, como confió el propio Equi a sus íntimos, volvió a Central para ser feliz.

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Ezequiel con pelota dominada y gesto seguro.

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