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 sábado, 02 de agosto de 2003

Agro_Business: alquileres rurales

La economía nos brinda un marco teórico claro para comprender el precio de los alquileres de los campos en Argentina. La interacción entre oferta y demanda de un bien determinan el precio y la cantidad negociada de un producto en un tiempo dado. A partir de allí, modificaciones en la oferta o demanda provocarán variaciones en ese precio y cantidad que llamamos de equilibrio. Así, en un mercado competitivo, un aumento de la oferta o una disminución en la demanda bajan los precios mientras que una disminución en la oferta o aumento en la demanda los eleva. Esta última situación (disminución en la oferta y aumento en la demanda) nos sirve para explicar los altos precios de los alquileres de los campos en la Argentina actual. Desde principios de 2002 se calcula una variación positiva en un rango del 15% al 25% en los precios de los arrendamientos rurales.

Según Alejandro Bartolomé, gerente de Producción de Cresud SA, la situación se explica por la alta liquidez de los productores, consecuencia de la licuación de sus deudas. Esto tuvo dos implicancias principales. Por el lado de la oferta, sucedió que aquellos productores que daban sus campos en alquiler se encontraron con fondos para afrontar ellos mismos las siembras o para aumentar la superficie sembrada y se contrajo la oferta. Por el lado de la demanda, el aumento de liquidez generó que aquellos productores que no alquilaban o alquilaban algo, entraron al negocio o aumentaron su participación, incrementando así la demanda. Entre otras causas que suman a este cambio de comportamiento de los agentes, se destacan:

u El aumento en el precio internacional de los granos y su correlato en los precios internos, que hacen a la actividad agropecuaria más interesante.

u La ausencia de opciones de inversión tanto financieras como productivas (consecuencia de la falta de reglas claras, altos insumos y aumento del tipo de cambio)

u Entrada de nuevos participantes no tradicionales al sector agropecuario.

u Causas impositivas: el sector se presta a la evasión y esto a generado el ingreso de participantes informales que pueden pagar más por el alquiler desplazando a los tomadores de campo más formales.

u Perspectivas. Debe tenerse en cuenta que los alquileres para la próxima campaña se negocian teniendo en cuenta la coyuntura de la campaña pasada mientras que el escenario de una campaña a otra es muy variable. Por ejemplo, consideremos que los futuros de soja mayo 2004 en el Matba a la fecha ajustan en torno a los 140 dólares por tonelada mientras que llegó a pagarse más de 170 dólares la tonelada en mayo de este año y que actualmente la oleaginosa cuenta con perspectivas de producción muy buenas.


Dentro del marco teórico citado, lo que ha sucedido es un cambio en las variables generando un nuevo equilibrio de mercado. Esto no sería negativo ya que mientras que exista quien paga y quien vende, el nuevo precio es el más justo. Sin embargo, en la realidad lo que sucede en Argentina tanto en el sector agropecuario como en los demás sectores es una terrible distorsión de variables consecuencia de las modificaciones post crisis Argentina que provocan demandas y ofertas no sustentables.
Luego, el problema es que cuando sumamos altos alquileres más la fuerte carga fiscal, pese a los altos precios, encontramos que muchas veces las rentabilidades no cierran o se vuelven muy ajustadas para aquellos que desean mantenerse dentro de la economía formal.

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