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 domingo, 20 de julio de 2003

Lugares
Lecciones de un museo de horrores
En Inglaterra una cárcel medieval es utilizada para prevenir a jóvenes sobre el delito

David Milliken

Las horcas de la cárcel medieval de Nottingham todavía se usan a diario y ayudan a disminuir el índice de delincuencia juvenil en esta ciudad del centro de Inglaterra.

Sin embargo, la última muerte en la horca en Nottingham ocurrió en 1874 y en la actualidad muchos niños se suben sobre una réplica para hacerse fotografías durante su visita al museo municipal Galerías de la Justicia.

En una abrupta colina en el centro de la ciudad se construyeron dos tribunales, una estación de policía y una cárcel. El complejo fue en una época el único lugar en Gran Bretaña donde un criminal pasaba de la cárcel a la ejecución sin salir del edificio.

Dicho complejo se convirtió en museo en 1995, después de que Nottingham construyó un nuevo tribunal para lidiar con la creciente ola de delitos que azotaba a la ciudad. En 2002 se inauguró una rama educativa en las Galerías de la Justicia, el Centro Nacional para la Ley y la Ciudadanía (NCCL, por sus siglas en inglés).

El centro utiliza su tesoro histórico para ayudar a los visitantes a "aprender sobre el pasado, actuar en el presente y cambiar el futuro", dijo la coordinadora de disminución del crimen, Jenny Gilbert.

Gilbert trabaja con delincuentes juveniles y niños que tienen problemas escolares para ayudarlos a comprender la historia del sistema judicial británico y discutir las consecuencias de una vida plagada de delitos.

El NCCL recibió el 15 de mayo el principal premio que otorga Gran Bretaña a sus museos, el Gulbenkian, por valor de unos 163.100 dólares. El premio constituye todo un tesoro para una institución que no recibe fondos del gobierno.



MAZMORRAS EN BUEN ESTADO

El NCCL acoge anualmente a un numeroso público, incluidos 13 mil niños en edad escolar. Cada visitante recibe un número como los que sirvieron para identificar a los presos en el pasado y debe seguir el mismo curso del preso real a través del sistema judicial del siglo XIX.

Hay actores que reviven un caso en un tribunal original del período victoriano. Posteriormente, los visitantes bajan a las celdas, que son cuevas cavadas en la época medieval y que han estado en el lugar desde aproximadamente 1449.

La parte más lúgubre de la cárcel es la "celda de los condenados". Los convictos sentenciados a la pena de muerte en el siglo XVIII eran encerrados en solitario y en completa oscuridad hasta el día de su ejecución. Toda vez que eran colgados, los enterraban en el terreno donde se hacían ejercicios en la prisión.

Pero explicar esta situación a un niño de 11 o 12 años requiere de tacto. "Hay que establecer un balance. Para los niños es un día alegre, pero no hay que olvidar que aquí hubo mucho sufrimiento", dijo Gilbert.

El Parlamento británico abolió la horca en la década de 1960. Las últimas ejecuciones se realizaron en cárceles de Manchester y Liverpool en 1964.



¡A LA HORCA!

El NCCL, sin embargo, tiene que establecer otro balance más al desafiar el apetito de los británicos por castigar a los delincuentes. Al final de la visita, las personas tienen que votar acerca de si se debería reinstaurar la pena de muerte en Gran Bretaña.

"Si los medios de comunicación han reportado recientemente un delito horrible, entonces la proporción de los que apoyan la pena de muerte aumenta", dijo la gerente de Galerías de la Justicia, Jannette Galtrey.

Incluso los delincuentes parecen inclinarse a sentencias más estrictas. Jenny Gilbert conversó con delincuentes juveniles sobre qué medidas deberían tomarse con los jóvenes que robaban teléfonos celulares. "Dos de los jóvenes habían hecho eso y dijeron que deberíamos tener una sentencia de cinco años (de cárcel) como mínimo. Yo traté de ser la defensora del diablo y dije que tal vez el joven delincuente provenía de un hogar destruido o algo así, pero no lo aceptaron", manifestó Gilbert.

Los servicios del NCCL han experimentado una gran demanda desde que el gobierno británico decidió en 2002 que las escuelas tenían que enseñar a sus estudiantes los derechos y deberes como ciudadanos.

Aunque no hay mucho espacio para ampliar las Galerías de la Justicia, el NCCL prevé un futuro en el que asesorará a las autoridades del sistema educativo británico acerca de cómo enseñar "deberes ciudadanos" a sus estudiantes.

"Ser un ciudadano significa pararse con firmeza y expresar su opinión en vez de culpar a otros" por lo que está mal hecho, dijo Gilbert.

Las horcas de la cárcel medieval de Nottingham todavía se usan a diario y ayudan a disminuir el índice de delincuencia juvenil en esta ciudad del centro de Inglaterra.

Sin embargo, la última muerte en la horca en Nottingham ocurrió en 1874 y en la actualidad muchos niños se suben sobre una réplica para hacerse fotografías durante su visita al museo municipal Galerías de la Justicia.

En una abrupta colina en el centro de la ciudad se construyeron dos tribunales, una estación de policía y una cárcel. El complejo fue en una época el único lugar en Gran Bretaña donde un criminal pasaba de la cárcel a la ejecución sin salir del edificio.

Dicho complejo se convirtió en museo en 1995, después de que Nottingham construyó un nuevo tribunal para lidiar con la creciente ola de delitos que azotaba a la ciudad. En 2002 se inauguró una rama educativa en las Galerías de la Justicia, el Centro Nacional para la Ley y la Ciudadanía (NCCL, por sus siglas en inglés).

El centro utiliza su tesoro histórico para ayudar a los visitantes a "aprender sobre el pasado, actuar en el presente y cambiar el futuro", dijo la coordinadora de disminución del crimen, Jenny Gilbert.

Gilbert trabaja con delincuentes juveniles y niños que tienen problemas escolares para ayudarlos a comprender la historia del sistema judicial británico y discutir las consecuencias de una vida plagada de delitos.

El NCCL recibió el 15 de mayo el principal premio que otorga Gran Bretaña a sus museos, el Gulbenkian, por valor de unos 163.100 dólares. El premio constituye todo un tesoro para una institución que no recibe fondos del gobierno.



MAZMORRAS EN BUEN ESTADO

El NCCL acoge anualmente a un numeroso público, incluidos 13 mil niños en edad escolar. Cada visitante recibe un número como los que sirvieron para identificar a los presos en el pasado y debe seguir el mismo curso del preso real a través del sistema judicial del siglo XIX.

Hay actores que reviven un caso en un tribunal original del período victoriano. Posteriormente, los visitantes bajan a las celdas, que son cuevas cavadas en la época medieval y que han estado en el lugar desde aproximadamente 1449.

La parte más lúgubre de la cárcel es la "celda de los condenados". Los convictos sentenciados a la pena de muerte en el siglo XVIII eran encerrados en solitario y en completa oscuridad hasta el día de su ejecución. Toda vez que eran colgados, los enterraban en el terreno donde se hacían ejercicios en la prisión.

Pero explicar esta situación a un niño de 11 o 12 años requiere de tacto. "Hay que establecer un balance. Para los niños es un día alegre, pero no hay que olvidar que aquí hubo mucho sufrimiento", dijo Gilbert.

El Parlamento británico abolió la horca en la década de 1960. Las últimas ejecuciones se realizaron en cárceles de Manchester y Liverpool en 1964.



¡A LA HORCA!

El NCCL, sin embargo, tiene que establecer otro balance más al desafiar el apetito de los británicos por castigar a los delincuentes. Al final de la visita, las personas tienen que votar acerca de si se debería reinstaurar la pena de muerte en Gran Bretaña.

"Si los medios de comunicación han reportado recientemente un delito horrible, entonces la proporción de los que apoyan la pena de muerte aumenta", dijo la gerente de Galerías de la Justicia, Jannette Galtrey.

Incluso los delincuentes parecen inclinarse a sentencias más estrictas. Jenny Gilbert conversó con delincuentes juveniles sobre qué medidas deberían tomarse con los jóvenes que robaban teléfonos celulares. "Dos de los jóvenes habían hecho eso y dijeron que deberíamos tener una sentencia de cinco años (de cárcel) como mínimo. Yo traté de ser la defensora del diablo y dije que tal vez el joven delincuente provenía de un hogar destruido o algo así, pero no lo aceptaron", manifestó Gilbert.

Los servicios del NCCL han experimentado una gran demanda desde que el gobierno británico decidió en 2002 que las escuelas tenían que enseñar a sus estudiantes los derechos y deberes como ciudadanos.

Aunque no hay mucho espacio para ampliar las Galerías de la Justicia, el NCCL prevé un futuro en el que asesorará a las autoridades del sistema educativo británico acerca de cómo enseñar "deberes ciudadanos" a sus estudiantes.

"Ser un ciudadano significa pararse con firmeza y expresar su opinión en vez de culpar a otros" por lo que está mal hecho, dijo Gilbert.



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