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 sábado, 19 de julio de 2003

Campaña 2003/04
El trigo nuevo viene escaso y austero, la siembra en Santa Fe se redujo entre el 10 y 20%.
El paquete tecnológico aplicado fue sólo lo justo y necesario

Sandra Cicare / La Capital

El que se quema con leche ve una vaca y llora, dice el refrán y nada mejor que esta frase para comprender la actitud de los productores trigueros santafesinos que este año redujeron entre 10 y 20 por ciento -según las áreas- la superficie sembrada por los bajos rindes que se obtuvieron la campaña pasada y porque el ambiente para las inversiones aún no es el más seguro.

A contramano de la campaña 2002/2003, cuando el escenario de incertidumbre agarró en plena etapa de siembra a los productores, en este ciclo las cosas se presentaron un poco más previsibles en materia económica y más aún, las condiciones agronómicas fueron inmejorables, con buena humedad en el perfil del suelo y heladas en el momento justo.

Pese a eso, los productores trigueros no se animaron a arriesgar todo al cereal y como viene sucediendo desde hace varios ciclos, el cultivo preferido sigue siendo la soja.

Esta actitud también coincide con la buena liquidez que aún siguen teniendo los productores agropecuarios, lo que no los obliga a abocarse a un cereal que tradicionalmente funcionó como el mejor asegurador de fondos para fin de año.

Todo ese mix de razones pesó en la balanza a la hora de decidir la siembra del cereal en esta campaña, que se perfilaba alcista de acuerdo a las primeras proyecciones, pero que a la hora del implante fue para atrás.

En sintonía con esta actitud, la aplicación del paquete tecnológico en este ciclo también fue pobre, aunque levemente superior si se lo compara con la campaña pasada cuando el conflicto por la liquidación de los insumos a partir de la devaluación, que agarró en plena campaña al trigo.

"La siembra este año se hizo con menos tecnología que lo habitual -exceptuando el año pasado-, se utilizaron menos fertilizantes y no se prevé la aplicación de muchos fungicidas, salvo algún ataque puntual de mancha amarilla o fusarium que recién pueden aparecer a fin de mes la primera, o en octubre la segunda", aseguró el proveedor de insumos Héctor Vidal.

El empresario reconoció que "el que decidió hacer rotación apunta a rindes de entre 25 y 30 quintales (qq) y no más".

El especialista del área de ecofisiología y manejo de trigo del Inta Oliveros, Hugo Pedrol, coincidió con esta apreciación. Explicó al respecto que en esta campaña "se realizó una fertilización más racional" y el control de enfermedades de hoja se realizará si éstas aparecen. Es decir, los productores no compran con anticipado, sino que irán adquiriendo estos insumos en el día a día.


Poco y austero
En el centro de la provincia de Santa Fe la caída en la superficie implantada ronda entre el 20 y 25 por ciento, mientras que en el sur, la caída promedio oscila el 10 por ciento. Así lo expresa un relevamiento realizado por el consultor y titular de la corredora Agrobroquers, Fernando Botta.

En tanto, de acuerdo a estos guarismos, en el este de Córdoba la siembra de trigo "se podría mantener en los mismos niveles que el año pasado", dijo el especialista.

A nivel nacional las proyecciones oficiales aún siguen siendo optimistas. El Departamento de Informaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario indicó en el último informe semanal que de acuerdo a estimaciones de la Secretaría de Agricultura (Sagpya) "por el momento la proyección de siembra se proyecta ligeramente mayor en un 0,5 por ciento a la del ciclo anterior, basada en el incremento que se daría en la región de mar y sierras (provincia de Buenos Aires ) y en el moderado aumento esperado hacia el oeste de esta zona".

No obstante aclara que "la persistente falta de humedad podría recortar estas proyecciones revirtiendo la tendencia de siembra de este ciclo, en cuyo caso el área sembrada nacional podría ser incluso menor a la anterior".

El comportamiento de la campaña triguera en la provincia de Buenos Aires no es un dato menor, ya que en ese territorio se cultiva el 48 por ciento de la superficie triguera de todo el país, con lo cual es determinante a la hora de inclinar la balanza.

Desde los organismos privados, los guarismos son menos alentadores. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires recortó las proyecciones de siembra a 5,90 millones de hectáreas contra los 6,05 millones de la semana pasada.

La entidad bursátil informó que "se diluye la posibilidad de incorporar mayores áreas con cereal en el sudoeste-oeste de Buenos Aires y La Pampa por la aguda falta de humedad superficial, mientras que la presión de siembra de la soja de primera recortaría más de lo previsto la superficie triguera en el centro-sur de Santa Fe".

Con estos datos, "el área con trigo pan disminuiría entre 1,6 y 1,7 por ciento respecto de los 6 millones de hectáreas implantados durante la temporada 2002/03".


Soja: apostar a seguro
"Estimo que la principal razón que define la reducción de superficie de trigo está relacionada con la soja, que sigue siendo que demanda baja cantidad de insumos, implica menos riesgos sanitarios y financieramente es más segura", dijo Pedrol, quien dio cuenta de la acentuación de esta tendencia a lo largo de estos años.

De todos modos, quienes pusieron sus fichas en el cereal fino arrancaron muy bien. "Se parte de una buena situación. Empezó con un otoño de buenas lluvias que aportaron óptimas condiciones de humedad y las últimas lluvias permitieron revertir el secado de superficie en algunas áreas. Además, si continúa el clima frío, la base es inmejorable", resumió Pedrol.


Precios inflados
Para los analistas de mercado, los precios del trigo argentino "están sobrevaluados", frente a la realidad que presenta el mercado internacional. Esta situación provocó la caída de muchos mercados externos para el cereal argentino cuyos precios FOB estaban 25 dólares por encima del FOB americano esta semana.

Esta semana esta situación operó a modo de bumerán, ya que por efecto del alto precio "se redujo la demanda externa que hizo que los exportadores se encuentren retirados del mercado", afirmó el Departamento de Informaciones de la Bolsa de Rosario. Como efecto inmediato, los precios locales del trigo "registraron una baja escalonada durante la semana".

De todos modos, para los analistas "los precios del trigo nuevo no son malos" (oscilaron en la franja de los 98 y 103 dólares) y habida cuenta que la producción no será descollante, quienes apuesten al cereal no derrocharán billetes pero al menos, no habrán perdido plata.

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Este año la superficie del trigo caerá.

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