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 sábado, 05 de julio de 2003

La roya ataca a la soja desde el norte
El hongo de origen asiático golpea en los climas cálidos y húmedos. Descartan que arribe a la zona núcleo

Marcos Cicchirillo / La Capital

A la soja un nuevo enemigo lo acecha desde el norte, pero en este caso no tiene que ver con subsidios ni trabas paraarancelarias. Se trata de la roya asiática, que desde el año pasado comenzó a germinar en producciones del noroeste argentino, después de que se advirtiera su presencia en Paraguay y en mayor medida en Brasil a partir de 2001.

Algunos especialistas locales estimaron que este tipo de hongo no generará mayores dificultades en la zona núcleo sojero, aunque reconocen que tendrá incidencia en las áreas con temperaturas cálidas y elevada humedad. En la Argentina la enfermedad comenzó a detectarse en el noreste de Corrientes en el 2001 y un año después en Misiones. Los analistas consultados por la La Capital consideraron que la roya asiática puede llegar a extenderse hasta el norte de la provincia de Santa Fe y es una amenaza para los rindes de toda la zona de expansión agrícola.


Un hongo rápido
La roya asiática se presenta en las hojas y ocasionalmente en pecíolos, tallos y vainas. El aspecto más contraproducente tiene que ver con la madurez anticipada y el rinde. El hongo crece con una significativa velocidad, desde su aparición al copamiento casi total que genera en la planta, pueden pasar escasas tres semanas.

Por esta razón, Daniel Ploper, jefe de la sección de fitopatología del Inta Obispo Colombres (Tucumán), realizó una gira por el Mato Grosso (Brasil) en el mes de marzo para observar la problemática de la roya, una región donde se expandió con rapidez en las últimas dos campañas.

Después de visitar varias estancias en diferentes distritos del norte de Brasil, el especialista subrayó que, aunque con características diferentes a las que son comunes a la Argentina, entre las que mencionó a los intensivos programas de enmiendas y fertilización del cultivo, el uso de variedades no transgénicas, y los sistemas de almacenamiento y transporte de grano, la capacidad de la roya "de destruir el follaje y acelerar la entrega de las plantas, resultando en granos de menor tamaño y consecuentemente en menores rendimientos.

Los síntomas de la enfermedad son pústulas en las hojas que provocan una defoliación temprana y muerte prematura de la planta con pérdidas de rendimientos que pueden superar el 50%.

La forma actual de controlarla es mediante el uso de funguicidas comunes previo a floración y, según comentan algunos especialistas en el tema, existen fuentes de resistencia genética y la mayoría de las empresas semilleras ya se encuentran trabajando sobre el tema por lo cual variedades resistentes estarían disponibles en un mediano plazo.

La forma de propagación es a través del viento que traslada a las esporas y durante el invierno, estas sobreviven en el rastrojo y en hospedantes alternativos, como ser algunas leguminosas perennes por ejemplo Kudzu que es una maleza importante en Paraguay y en nuestro país es común en Misiones.

La potencial zona de desarrollo de esta enfermedad en la Argentina es Misiones, Corrientes, Formosa, Chaco y norte de Santa Fe, en donde las temperaturas más cálidas son propicias para esta roya y por esta misma causa existen bajas probabilidades de que se propague hacia la zona núcleo.


Estar atentos
Por su parte, Ploper consideró "muy preocupante ver la alta prevalencia de la enfermedad" en el centro y norte del estado de Mato Grosso, "así como los alcanzados ya en este primer año de detección efectiva de la enfermedad en el estado". Por el alto poder de dispersión de la roya de la soja y su gran potencial de daño, "se deberá estar muy atentos al ingreso de esta enfermedad" a nuestro país.

El especialista del Inta Obispo Colombres estimó necesario ir conociendo las estrategias de control disponibles en el país. En este sentido, Ploper sacó algunas conclusiones respecto a productos, momentos y métodos para los tratamientos con fungicidas para el control de la enfermedad.

Aunque todavía no se conoce el grado de resistencia de los cultivares, "aunque hay razones para suponer que la mayoría -sino todos- se comportarán como susceptibles, se deberá en una primera etapa recurrir al control químico de la enfermedad", estimó.

"Un aspecto clave para el éxito de los tratamientos con fungicidas será aplicarlos antes de la fase exponencial de crecimiento de la enfermedad. Por ese motivo, una vez que la roya de la soja sea detectada, se deberán realizar aplicaciones tempranas en los estados reproductivos, sin descartar aplicaciones preventivas en el caso de superficies extensas o ante dudas sobre la disponibilidad a tiempo de equipos pulverizadores", explicó después de su gira por el estado de Matto Groso.

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En tres semanas la roya puede destruir la soja.

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