El presidente Néstor Kirchner se puso anoche al frente de la embestida contra la Corte Suprema. Enfatizó que el gobierno "no está dispuesto a negociar el resultado de cuestiones" que el alto tribunal debe resolver, acusó a su titular, Julio Nazareno, de ejercer "presiones" sobre el Poder Ejecutivo y exhortó al Congreso a agilizar el juicio político.
Al atacar a Nazareno, hizo hincapié en que el gobierno rechaza "una Corte adicta" y expresó que la cabeza del Poder Judicial representa "el pasado que se resiste a conjugar el verbo cambiar, acostumbrado a un constante toma y daca".
"No estamos dispuestos a negociar el resultado de cuestiones que la Corte tiene que resolver y que largamente exceden las económicas", enunció el jefe del Estado en un mensaje que dirigió al país por cadena nacional.
Aunque se presumía que Kirchner iba a anunciar la convocatoria a un plebiscito destinado a medir la voluntad popular en torno a la renovación de la Corte, el patagónico optó por instar al Congreso a "la instrumentación urgente de los remedios al mal que enfrentamos".
"Pedimos con toda humildad, pero con coraje y firmeza, que el Congreso marque un hito hacia la nueva Argentina, preservando las instituciones de los hombres que no están a la altura de las circunstancias", puntualizó Kirchner al solicitar la inmediata tramitación del juicio político a los miembros del máximo tribunal.
No obstante, aclaró que "no queremos nada fuera de la ley sino la puesta en marcha de mecanismos que permitan cuidar a la Corte como institución de la Nación".
Kirchner criticó la "triste y célebre mayoría automática" (incluye a Eduardo Moliné O'Connor, Adolfo Vázquez, Guillermo López y Antonio Boggiano) que durante los diez años de gobierno Carlos Menem falló en sintonía con los deseos de la Casa Rosada. Y dedicó sus párrafos más duros a Nazareno, quien el martes protagonizó un duro cruce con el ministro de Justicia, Gustavo Beliz.
"Escuchamos impropias afirmaciones hechas a la prensa por el presidente de la Corte. Impropias del cargo que ostenta por lo que dicen, impropias por lo que sugieren, impropias por la presión que tratan de esconder", arremetió Kirchner.
"Si sacan a esta Corte, ¿usted qué se cree?, ¿que van a poner aquí a los enemigos? Si me están diciendo que yo fui adicto a Menem, con ese mismo criterio tendrían que decir «no saquen a esta Corte adicta porque Menem ya no está. Y no pongan ustedes a nadie a dedo»", fue la controvertida definición de Nazareno.
Es más, consultado sobre si intentaba dar un mensaje al gobierno que atara el destino del juicio político a la Corte con fallos aún pendientes de resolución, Nazareno concluyó frente a los periodistas: "Ah no! No, no, me voy... Dejate de joder".
Kirchner retrucó al magistrado. Señaló que la "gobernabilidad no puede ser producto de acuerdos oscuros, manipulaciones políticas o pactos a espaldas de la sociedad". Y calificó de "impropias" las afirmaciones del presidente de la Corte.
Asimismo, el santacruceño destacó que "es escandaloso, y constituye el más grande agravio a la seguridad jurídica, el sólo hecho de que algunos especulen con tomar de rehén a la gobernabilidad para la obtención de ventajas o garantías personales o institucionales".
"No se trata de problema de adicción o adhesión de un tribunal a uno u otro gobierno... Existe la obligación de ofrecer un servicio de justicia que garantice los derechos de cada ciudadano y de la sociedad toda", sentenció.
Poco después del mensaje oficial, Beliz explicó que el gobierno "plantea lo mismo que la mayoría de los Argentinos: un sistema judicial que otorgue seguridad jurídica a los ciudadanos".
"El tema de la extorsión que dejan trascender voceros oficiosos son elementos distorsivos que de ninguna manera vamos a convalidar", puntualizó Beliz sobre la versión que dio cuenta de un supuesto apriete de Nazareno al ministro de Economía, Roberto Lavagna.
La líder del ARI, Elisa Carrió, quien también hizo referencia a la presunta intimidación al jefe de Hacienda, pidió a Kirchner que encare con serenidad su pelea con la Corte. Y le recomendó no enfrentar "a todos los grupos" de presión "al mismo tiempo".
Mientras destacados constitucionalistas avalaban la posición del primer mandatario(ver página 4), el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, profundizó las críticas a Nazareno al denunciar que las declaraciones del juez son una "velada amenaza" contra el gobierno.
| |
La Ciudad
