Año CXXXVI
 Nº 49.850
Rosario,
viernes  23 de
mayo de 2003
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Los comicios en España dibujan el nuevo mapa político vasco
Según sondeos, los independentistas radicales sufrirán el domingo un duro golpe en las urnas

San Sebastián. - Si hay algo seguro de cara a la crucial contienda electoral del domingo próximo en España, es que los comicios municipales cambiarán el mapa político del País Vasco. La ilegalización por parte de la Justicia del partido separatista Batasuna (Unidad), considerado el brazo político de ETA, y la anulación de la mayoría de las listas electorales del independentismo radical, supone la desaparición, de un golpe, de la cuarta fuerza política en esta comunidad autónoma del norte del país. Si en los anteriores comicios, en 1999, el independentismo radical, beneficiándose de la tregua que entonces mantenía la organización armada ETA, obtuvo 228.000 votos con los que consiguió 44 alcaldes y otros 252 representantes en los municipios vascos, ahora el separatismo sólo podrá dar fe de su existencia mediante los votos nulos que sus dirigentes y ETA emplazaron a depositar en las urnas.
Mientras que para el presidente José María Aznar, ello supone que se "acabó ir con una papeleta en una mano y con la pistola en la otra", los nacionalistas y los independentistas radicales condenan lo que definen como un "pucherazo electoral" instrumentado desde el Ejecutivo en Madrid, "la muerte civil de decenas de miles de vascos" o "métodos franquistas".
La incógnita ahora es dónde irán a parar esos votos. El tándem formado por el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y su socio Eusko Alkartasuna (EA/Solidaridad Vasca), que encabeza el gobierno regional, emplazó a los separatistas a no votar nulo, sino a decantarse por los nacionalistas, para frenar el avance de los constitucionalistas -el Partido Popular (PP) y el Socialista (PSE)-, contrarios a la soberanía del País Vasco. Pero el éxito de ese llamamiento es difícil de predecir.
Si en las pasadas elecciones autonómicas el nacionalismo gobernante recibió un importante trasvase de votos del separatismo radical, que ya entonces temía un éxito de PP y PSE, ahora parece imperar entre los independistas la sensación de tener que "blindar" su espacio político para evitar ser absorbidos por PNV y EA. Al fin y al cabo, aunque nacionalistas y separatistas tengan metas comunes, para los votantes de la antigua Batasuna, que defienden un socialismo radical de izquierda, el PNV sigue siendo un partido de derecha.

Mensaje ambiguo de ETA
Como era de esperar, también ETA irrumpió en la campaña. No lo hizo esta vez colocando un coche bomba, sino con un mensaje ambiguo en el que mostraba su "alegría" por el plan soberanista del presidente del gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, pero al mismo tiempo lo criticaba por "excluyente", al dirigirse éste sólo al País Vasco español, pero no a los territorios vascos del sur de Francia y la región Navarra, un conglomerado conocido como "Euskal Herria".
Al mismo tiempo, ETA negaba la existencia de un pacto con el PNV para declarar una nueva tregua -desmintiendo así las afirmaciones en este sentido de Aznar y el PP- y llamaba a los separatistas a votar nulo, esto es, a favor de las listas ilegalizadas. Al parecer, también el grupo armado intenta "blindar" su espacio, pero sin arriesgarse a romper con el nacionalismo institucional. Según algunos sondeos, los nacionalistas no sólo serán nuevamente derrotados por la suma de los constitucionalistas en Vitoria y San Sebastián, sino que además perderían a manos de PP y PSE el ayuntamiento de Bilbao, la única de las tres capitales de provincia vascas que todavía controlan. Sería la primera vez desde el final de la dictadura franquista en 1975.
Esto podría tener serias consecuencias para el plan de co-soberanía o Estado libre asociado planteado por Ibarretxe, si se tiene en cuenta que mantener Bilbao y triunfar en Vitoria, que es también la capital del País Vasco, ha sido considerado como el gran barómetro para el referéndum de autodeterminación que el jefe del Ejecutivo autonómico quiere realizar.
En todo caso, el resultado que obtengan PNV y EA servirá para medir en qué forma el rumbo soberanista de Ibarretxe ha cuajado en la sociedad vasca, que desde hace más de tres décadas sufre el terrorismo de ETA. (DPA)



La policía vasca se prepara y despliega sus fuerzas.
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