River, con un gol en el último minuto de Fernando Cavenaghi, venció ayer como local a Corinthians de Brasil por 2 a 1, en el partido de ida de octavos de final de la Copa Libertadores y desató la alegría contenida de los 55 mil hinchas que colmaron el Monumental .
Previamente, a los 23 minutos del complemento, Jorge Wagner había puesto en ventaja al equipo paulista y Andrés D'Alessandro, a los 39' del mismo período había decretado la igualdad en un gol.
Pero este partido tuvo todos los condimentos ya que el árbitro Gilberto Hidalgo expulsó, a los 22' minutos de la segunda etapa, a Claudio Husaín, de River, y a Kléber, de Corinthians, 10' más tarde.
El inicio del encuentro mostró a un River lúcido, ambicioso y decidido a llevarse por delante a un Corinthians desconocido, que entró con miedo y lejos estuvo de ser aquel equipo que brilló en la primera fase del certamen.
En esto tuvo mucho que ver que Claudio Husaín y Luis González se pararon en campo contrario y cortaron el circuito futbolístico del conjunto paulista, que Andrés D'Alessandro desequilibró cada vez que se lo propuso y que tanto Fuertes como Cavenaghi estuvieron metidos en el partido y complicaron a una defensa, que tal como lo dijo el último martes Pellegrini es débil.
Y todo este dominio territorial se tradujo en llegadas, que de no ser por el arquero Doni o la falta de puntería de Cavenaghi en dos oportunidades y de Fuertes en otra, pudieron haberle dado ese gol (que hubiera sido más que justo) necesario para manejar con mayor tranquilidad un partido que, con el transcurrir de los minutos, se le fue complicando.
El final de los primeros 45 minutos dejó la sensación de que River tuvo su momento y no lo supo capitalizar en el arco contrario y que Corinthians, cuando se acomodó en la cancha, demostró por qué es uno de los candidatos a quedarse con la Copa.
El comienzo del segundo tiempo fue similar a los últimos minutos del primero.
River contó con un par de chances para ponerse en ventaja vía D'Alessandro (tuvo libertad y volvió a gravitar) y Luis González, pero tras la expulsión de Claudio Husain (por doble amarilla) y con el gol de Jorge Wagner sesenta segundos más tarde, el panorama se le puso negro.
Entonces Pellegrini decidió incluir a Daniel Ludueña (en lugar de Matías Lequi) para acompañar a D'Alessandro y a Guillermo Pereyra por Eduardo Coudet para equilibrar el mediocampo.
Los cambios dieron resultado porque a partir de la sociedad Ludueña-D'Alessandro el local ganó en fútbol y generó dos situaciones clarísimas de gol.
A los 39 minutos D'Alessandro clavó un tiro libre en el ángulo superior izquierdo de Doni tras una falta dudosa sancionada por el peruano Gilberto Hidalgo y a un minuto del final un pase bárbaro de Guillermo Pereyra (también acertó Pellegrini al incluirlo, pensando en la revancha en San Pablo) para Cavenaghi hizo que el goleador definiera con clase y de revés, señalando el 2-1 final.
River, de esta manera, se convirtió en el primer equipo que, jugando como local, se quedó con una victoria en esta instancia y ahora viajará a San Pablo (la revancha es el 14 de mayo) para ver si clasifica a los cuartos de final.
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La Ciudad
