Año CXXXVI
 Nº 49.826
Rosario,
lunes  28 de
abril de 2003
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El comando electoral confirmó que no se registraron incidentes en la ciudad
Rosario vivió una votación tranquila con demoras en la apertura de mesas
La ausencia de autoridades comiciales, el aumento de electores por padrón y la lluvia provocaron esperas

La jornada electoral transcurrió ayer en un clima más que tranquilo en Rosario, con los únicos inconvenientes de que en algunos lugares se registraron demoras en la apertura de mesas y largas esperas para votar. En el primer caso, la explicación fue la ausencia de autoridades comiciales, que obligó a más de un votante madrugador a hacerse cargo de las mesas. En el segundo se trató de una conjunción: el aumento de electores por mesa, que en estos comicios pasó de 280 a 450, y la lluvia, que recién paró a eso de las 10 y favoreció un desembarco súbito de gente en los centros de sufragio. Con todo, durante la mañana los lugares afectados a la votación se fueron acomodando al clima de los comicios y el resto de la jornada transcurrió sin mayores sobresaltos, como confirmaron a La Capital a lo largo de la jornada el prosecretario electoral en Rosario, Rolando Acevedo, y el coronel Fernando Torres, a cargo de las fuerzas armadas, de seguridad y policiales que participaron del operativo.
Otro hecho reiterado fue la presentación de ciudadanos ante sede policial para denunciar distintas situaciones: pérdidas y robos de DNI que les impediría votar, dificultad económica para viajar a sus distritos electorales y otros impedimentos para concretar el sufragio. Si de muestra sirve un botón, sólo en la seccional 2ª hubo más de 1.300 presentaciones.
Aunque la tardanza en la apertura comicial se hizo sentir, tampoco fue un fenómeno generalizado. Desde temprano, y mientras aún lloviznaba en algunos barrios, los empleados del Correo ayudaron a armar las mesas, confeccionar las planillas y distribuir los padrones electorales.
Así ocurrió en la Escuela Nº55 (Buenos Aires al 900), donde Lidia Salerno se constituyó como presidenta de mesa por tercera vez. "No me molesta cumplir con este deber cívico, pero ya podría ir dejando de hacerlo", dijo sonriente la odontóloga, que a las 8.10 tenía lista la mesa para habilitar la elección y varias mujeres madrugadoras dispuestas a inaugurarla.
A un lado, la hematoterapeuta Gabriela Molino también se mostró ansiosa por cumplir con su carga pública: como presidenta de mesa y junto a las fiscales de los partidos arregló prolijamente el cuarto oscuro para iniciar bien temprano el acto comicial. "A los 100 pesos prometidos por el gobierno, ¿los pagarán en bonos 2012 ó 2005?", dijo con cierta ironía.

Ausentes sin aviso
A esa hora, el cuadro no pintaba tan armónico en la sede local de la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo (Santa Fe al 1100), donde se registraron los primeros inconvenientes de la mañana: en la mesa 1.339 (donde votaba nada menos que el vicegobernador Marcelo Muniagurria) las autoridades de mesa brillaron por su ausencia.
"Si no vienen los convocados, habrá que poner en funciones al primer ciudadano que se acerque a votar", advirtió un fiscal. Ipso facto, quedó fichado para la misión un médico cirujano, que sin embargo zafó al demostrar que iba rumbo a una operación de urgencia. Los siguientes candidatos a presidir la mesa por estar entre los primeros votantes también encontraron coartada. "No, aún no vengo a votar, sólo estoy curioseando", se defendió uno. "No traje el DNI", se excusó otro. Luego, ambos se escabulleron.
Cuando ya corrían las 9, un joven quedó acorralado por la fuerza pública para asumir la mesa. El hombre ensayó alguna resistencia, pero después de quedar demorado unos cuantos minutos accedió a cumplir con el mandato. Finalmente, un presidente suplente de la mesa 1.338 -también habilitada con 45 minutos de demora- se hizo cargo del problema y el ciudadano rebelde quedó como vice. Recién entonces, casi dos horas después de lo debido, la gente pudo empezar a votar.
Pese a que las autoridades de mesa cobrarán 100 pesos por esa carga pública, los faltazos se repitieron en varios lugares céntricos. Por ejemplo, en las escuelas 1.240 (Mitre al 1600), donde los comicios largaron a las 9.15, y en la 54 (Jujuy y Dorrego), que también registró demoras.
En esa última escuela debutó Ezequiel Berstein, con 18 años recién cumplidos y el sellito fresco en la última página de su DNI. "No me costó decidir, pero sé que a quien voté no va a ganar. Igual me tomo las elecciones en serio", dijo el joven, en compañía de su padre. La misma pasión cívica animó a Santiago José López, que con sus 92 jóvenes años también fue a votar, esta vez al edificio de la Aduana. "Se me llenó el DNI de sellitos, así que no sé qué haré en el ballottage", dijo el hombre, jugado por el empate.
En ese mismo lugar se vivió una situación bastante atípica. En la mesa Nº1.325, se retiró del cuarto oscuro la lista 138, con el justicialista Mussa a la cabeza, dado que la boleta no estaba conformada ni contaba con el sello del tribunal electoral.
Si bien los 100 pesos no alcanzaron para tentar a todos, a muchos los dejó ultraconvencidos. Por ejemplo, en la zona sur, en la técnica Nº649 (Ayacucho al 5500) los presidentes de mesa se mostraron de parabienes y dijeron que la votación marchaba sin problemas. Y en la zona norte hubo quejas, pero no de las autoridades de mesa sino de votantes, enojados por los amontonamientos y las esperas.



En La Salle las votantes formaron cola pacientemente. (Foto: Gustavo de los Ríos)
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