Año CXXXVI
 Nº 49.824
Rosario,
sábado  26 de
abril de 2003
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Por las inundaciones se reconvierte la economía en el sur-sur provincial
La Picasa: los gauchos de la laguna
De productores pasaron a pescadores. Ahora trabajan para convertir la actividad en un nuevo eje de desarrollo

Si cualquier reconversión productiva resulta difícil y penosa, más dura resulta cuando el punto de partida es un desastre natural y cuando el proceso de recuperación implica rearticular toda una comunidad, en sus aspectos económicos, sociales y culturales.
Los distritos Diego de Alvear y Aarón Castellanos, que reúnen unas 70 mil hectáreas y 2.600 habitantes, están ubicados a la vera de La Picasa, una laguna que en la década del 70 ocupaba 1.500 hectáreas y ahora 37 mil. Esto significó que la mayoría de los campos principalmente ganaderos quedaran bajo el agua. Donde había vacas, ahora hay pejerreyes y donde había productores y trabajadores agropecuarios ahora hay pescadores.
Se trata de un cambio más complejo que una relación causa-efecto. Para esos pueblos, pasar de sufrir el agua a vivir de ella implicó un proceso de cinco años, que recién ahora cierra su primer capítulo con el desarrollo de un plan integral para encontrar en la pesca un nuevo patrón de desarrollo.
Los pescadores de La Picasa, trabajadores agropecuarios forzados a subirse a los botes, conformaron recientemente dos cooperativas que se plantean transformar en un negocio lo que hasta hace poco era un simple medio de subsistencia.
Para eso, participan de un proyecto que, entre otros puntos, definió como ejes de acción: administrar el agua, cuidar el recurso pesquero, regular su explotación y comercialización, procesar y almacenar, incorporar valor agregado y, en el final del camino, exportar. Este trabajo se verá en la Fiar, en mayo, cuando las cooperativas presenten en sociedad la marca que los reúne, Cotpac, y con la cual pretenden posicionar al pejerrey de La Picasa como un speciallity.
El desastre provocado por el desborde de La Picasa es bien conocido por los santafesinos y por los habitantes de una cuenca de 550 mil hectáreas que abarca tres provincias: Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba. Sea por el inicio de un ciclo húmedo sobre la pampa húmeda en la década del 70 o por el cambio climático global, más las acciones propiamente humanas como canalizaciones desordenadas, agriculturización y prácticas erosivas del suelo, el resultado es que una laguna que en su estado histórico podría estimarse de 10 mil hectáreas, hoy es cuatro veces mayor.
"En 1999 llovieron 450 milímetros en 10 horas en toda la cuenca, todo eso vino a parar a la laguna", recordó Mario Monti, delegado en Rufino del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Industria y Comercio (Magic) de Santa Fe. Monti es uno de los autores del subprograma "Reconversión Productiva y Desarrollo Sustentable de la laguna La Picasa".

El factor precautorio
El proyecto comenzó el año pasado a partir de una solicitud de las comunas de la zona. La razón fue que mientras a nivel oficial y privado el centro de acción estaba puesto en la gestión de la crisis (demandas de atención social, indemnizaciones, obras de alivio), empresas de Buenos Aires se dedicaban a explotar sin control alguno el pejerrey, un producto autóctono de la laguna.
Esa misma sobreexplotación los había obligado a "correrse" de fuentes similares de recursos en la provincia vecina, como Pehuajó y Trenque Lauquen. la sofisticación de estos empresarios contrastaba con la pesca de "subsistencia" que hacían los pescadores locales.
En ese punto se puso en marcha el programa de reconversión. "A partir de una situación de ruptura total, el desafío que se nos presentó fue el de llevar adelante un proyecto de reorganización social con gestión participativa y reconversión productiva", recordó Monti.
El primer punto a atacar fue el de la preservación del recurso. Como consecuencia de la extracción irracional, el peso promedio de cada pieza llegó a caer en el momento más crítico de 1 kilo a 230 gramos. Claudia Riccomi, de la Dirección de Recursos Naturales del Magic, explicó que frente a eso "se impuso un enfoque precautorio cuya primera medida consistió en eliminar el régimen abierto de pesca".
Se reformó entonces la ley provincial de pesca y a través de la resolución 314 se le otorgó el poder de control a un consorcio que involucra a comunas, propietarios de campos inundados y pescadores. Este consorcio regula ahora lo permisos de pesca comercial y deportiva, lo cual a su vez ofreció un marco a arreglos de diverso tipo entre propietarios y pescadores.
El segundo problema fue pasar de la pesca de subsistencia al negocio organizado. Sin esa pata, los intermediarios compraban el pescado para venderlo hasta cuatro veces más caros en el mercado bonaerense. Martín Quaglia, uno de los miembros de la cooperativa, lo explicó así: "Antes, se vendía a medida que se sacaba, entonces el que pescaba más tenía más urgencia por vender y les bajaba el precio a todos". Eso cambió. "Ahora se consolidan unas 400 cajas por día y ahora recién se venden", dijo.
Las cooperativas de Diego de Alvear y Aarón Castellanos son independientes pero operan bajo la misma legislación y una sola marca. Una de ellas cuenta actualmente con cámara de frío, agua corriente, pileta de lavado y mesas de corte.
Para Monti, el primer objetivo "ya se está alcanzando" porque "el precio está llegando a los cuatro pesos el kilo". Los números del Magic parten de una situación original de una extracción de 400 toneladas por año, con un valor del pescado entero de 1,20 pesos el kilo, lo cual representa un ingreso bruto anual de 740 mil pesos por año.
Pero las proyecciones indican que ese ingreso podría ubicarse en 8,7 millones de pesos por año en el escenario más optimista, que contempla un incremento de la extracción a mil toneladas por año y la exportación, contemplando un precio del pescado entero de 5,40 pesos por kilo y de 12 pesos por kilo el filet.
"Según los distintos escenarios, el ingreso bruto por hectárea puede ubicarse entre 100 o 500 pesos por hectárea, que es el mismo valor que dos terneros por hectárea. En un suelo como este, conviene hacer pejerrey que hacer vacas", señaló Monti.
Esta nueva relación económica y social con la laguna no traba la demanda de obras de infraestructura para bajar el nivel de la laguna pero ahora obliga a contemplar nuevos aspectos. "Hay que tener en cuenta que entre que se realicen las obras para desagotar y se recuperen los campos pueden pasar unos 20 años y, mientras tanto, hay que vivir de la laguna", señaló Eduardo Salleras, presidente comunal de Aarón Castellanos.
Las obras de regulación hídrica prevén mantener un espejo de agua de una superficie entre 12 mil a 16 mil hectáreas.
Monti explicó que el rendimiento actual de La Picasa es aproximadamente de 10 kilos por hectárea. Después de los trabajos de regulación, se necesitará una tasa de extracción de 60 a 100 kilos para cumplir el objetivo de sacar 1.000 toneladas anuales de pejerrey. La meta es alcanzable si se toman los antecedentes de las lagunas boanerenses.
Del trabajo de reconversión participaron otros organismos oficiales. El CFI financió el diagnóstico previo a la conformación de la cooperativa y colabora en el desarrollo del plan de gestión y marketing. Bromatología dictó los cursos de capacitación sobre normas básicas de manipulación de alimentos y la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Nación aportará en el programa para la protección de la pesca, denominación de origen, auditoría para certificar por calidad y plan de negocios.
Ricardo Bianni, director provincial de Recursos Naturales del Magic, aseguró que "aunque ningún modelo es aplicable automáticamente, el de La Picasa es para tomar en cuenta por regiones que atraviesan por crisis de distinto tipo".
Los cooperativistas están convencidos de que su pejerrey es una especialidad, y pretenden venderlo como tal incorporando paulatinamente valor agregado. Mientras tanto, todos los días, los que supieron ser hombres de a caballo, abren una vieja tranque y abordan los botes. A fuerza de choques aprendieron a esquivar árboles, alambrados o postes sumergidos, con la habilidad con la que antes manejaban sus rodeos.



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