Año CXXXVI
 Nº 49.813
Rosario,
martes  15 de
abril de 2003
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Encuentro de Reutemann y el arzobispo capitalino
Se reunieron en la Casa Gris y coincidieron en su preocupación por la situación social que azota al país

Santa Fe. - El gobernador Carlos Reutemann y el flamante arzobispo capitalino, José María Arancedo, coincidieron en su preocupación por la grave situación social que azota al país y la brecha que separa a ricos y pobres en el primer encuentro formal que sostuvieron en la Casa Gris.
El tema social y el político fueron los ejes de la charla, que apenas rozó -según confió a su término el prelado- el caso de Edgardo Storni. Al retirarse del despacho del gobernador, Arancedo le dijo que "la Iglesia no es el ministerio de bienestar" para despegar así la institución religiosa "de una tarea que es exclusiva del Estado". No obstante, el prelado dejó en claro que acompaña en esta tarea desde Cáritas, porque "se debe colaborar con el gobierno en aquello que permita superar el drama de la marginalidad y la desocupación".
Según el obispo, el caso del alejamiento de Storni del arzobispado -envuelto en un escándalo por presuntos abusos sexuales- fue apenas tratado. Sin embargo, se habló de las inminentes elecciones presidenciales, sobre lo cual el sacerdote dijo que "hay que votar porque así se asegura el desarrollo democrático del país y se debe ser consciente de que tal vez la elección de 2007 dependa de las de este mes".
Otro tema que se profundizó fue la delicada situación por la que atraviesan los sectores marginados. Para Arancedo es una "afrenta moral estar en un país, a veces con crecimiento, y con una brecha creciente entre la pobreza y la riqueza. Esto es algo que no podemos aceptar y tenemos que comprometernos".
"La Argentina -añadió- tuvo un default dirigencial. Han faltado dirigentes y estadistas que puedan equilibrar las diversas variables que hacen al bienestar de una comunidad. Se ha crecido en algunos aspectos, pero si la brecha entre ricos y pobres se amplió no se puede hablar de crecimiento en un sentido antropológico, humano, que haga a la dignidad del hombre".
El arzobispo dijo que vio al gobernador "consciente de que las dificultades que se tienen tampoco se pueden responder y resolver de una manera mágica, y que no se puede vivir de dádivas". En este sentido, dijo que "la única solución es generar trabajo, que es lo que hace a la libertad y dignidad del hombre, y reconstruir la familia, el espacio donde el chico debe crecer contenido".


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