Año CXXXVI
 Nº 49.813
Rosario,
martes  15 de
abril de 2003
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La dispersión política es tal que son 41 ediles divididos en 12 sectores
Un concejal atiende en la terraza porque no hay despachos disponibles
Se separó hace pocos meses de uno de los bloques del radicalismo y ya no quedaban más oficinas libres

Gabriela Zinna / La Capital

La crisis política que vive el país se refleja en el Concejo Municipal. La fragmentación dentro del cuerpo deliberativo es tal que hay ahora seis bloques y un monobloque. Pero además cinco concejales, quienes en algún momento funcionaron orgánicamente, se cortaron solos: se autodenominan independientes. Y a la hora de consensuar proyectos, lo cierto es que el rompecabezas no es fácil de armar: hay 41 concejales divididos en una docena de sectores. La dispersión es tan grande que ya no alcanzan las oficinas en el Palacio Vasallo. Por eso algunos tienen su sede de trabajo en el anexo de Juan Manuel de Rosas al 800, mientras que otro edil, por primera vez en la historia del Concejo, tiene su oficina instalada en el ático que está en la terraza del edificio.
Se trata del radical Omar Paredes, que había alcanzado su puesto de la mano de los usandizaguistas. Para visitar su oficina hay que abordar el minúsculo ascensor del edificio, marcar el número 2 y cuando se llega al segundo nivel se descubre, con sorpresa, que se arribó en realidad a la terraza. Pero ahí no termina el recorrido, hay que atravesarla, subir tres escalones y abrir una puerta de dos hojas de hierro y vidrio para acceder al búnker de Paredes. Eso sí, quien quiera encontrarlo necesitará, aparte de un guía, estar atento a las condiciones climáticas, porque obviamente la terraza no tiene techo.
Tres sillas y dos tachos de basura gigantes en el techo del histórico inmueble forman parte del paisaje que hace las veces de antesala de la oficina del concejal.
No obstante, el despacho de Paredes es el que mejor se ve desde afuera del Concejo y es el más iluminado. La bellísima torre cuenta con una luminaria extraordinaria que resalta el estilo del edificio. Y la vista es insuperable: el Monumento, el parque y el río.
Según confirmó el presidente del cuerpo, Rafael Ielpi, es la primera vez que la torre se convierte en despacho de un concejal.
En otros tiempos, el ático fue sede de oficinas administrativas del cuerpo deliberativo, pero nunca había albergado a un edil.

Los divididos de siempre
Las internas de los partidos son un problema viejo y conocido. Pero en el Concejo eso se hace más evidente. El PJ está dividido en dos grandes bloques: el Justicialista y el Peronista. Al primero lo integran seis ediles; al segundo, cuatro. Al momento de fijar posición, las fricciones se vuelven evidentes: duhaldistas y menemistas ya no pueden ocultar sus diferencias.
En el seno del partido de Leandro Alem las cosas no están mejor. El sector está fraccionado entre el bloque Radical celeste (cinco concejales) que responde al dambrosismo, y la Unión Cívica Radical de Convergencia (cuatro ediles) que obedece las órdenes del usandizaguismo. Pero la cosa no acaba allí. Federico Steiger, Gloria Sotelo y Omar Paredes también son radicales, aunque no responden a ningún bloque. Es más, cada uno se maneja en forma independiente.
En la grilla de los líberos también están Silvana Svatetz -quien había entrado con el Frente Grande, luego se acercó a la aeronáutica Alicia Castro y ahora está en el sector denominado Germán Abdala- y Gustavo Gerosa, del ARI, que lleva a Elisa Carrió como candidata a presidente.
Claro, por el ARI habían entrado dos concejales, según los votos que cosecharon el 14 de octubre de 2001. Pero a los dos meses, cuando asumieron, ya no se hablaban y el bloque estalló. Gerosa quedó por un lado y Alberto Cortés por el otro. El jueves pasado, el representante del Partido Socialista Auténtico obtuvo el reconocimiento como bloque. Ahora tiene oficina, teléfono, secretaria y asignación especial para el pago de ese nuevo puesto.
Cada concejal que se divorcia exige una oficina. Semejante dispersión de ediles obligó a habilitar despachos en los lugares más insólitos.
La habilitación de Cortés como representante de un monobloque abrió otra discusión: si las bancadas de un solo miembro tiene los mismos derechos y deben contar con las mismas asignaciones presupuestarias que el resto (ver aparte).



El ático del Concejo ahora es despacho de Omar Paredes. (Foto: José Granata)
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