Año CXXXVI
 Nº 49.798
Rosario,
lunes  31 de
marzo de 2003
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La protección al catamarqueño causó heridas en el bloque del justicialismo
Después de salvar a Barrionuevo, el Senado se toma un largo descanso
Para evitar roces con el cuestionado legislador, la Cámara alta recién sesionaría después de las elecciones

Tras la costosa defensa política de Luis Barrionuevo, el bloque de senadores justicialistas ingresó en un paréntesis a la espera del resultado de las elecciones presidenciales, único camino para saldar las diferencias internas agravadas por esa estrategia. Por eso, se prevé en la Cámara alta un descenso en el nivel de actividad parlamentaria hasta el 27 de abril.
Algunos senadores oficialistas prevén que habrá una sesión más antes de los comicios, probablemente en la segunda semana de abril, para tratar los cambios introducidos en el proyecto sobre el Impuesto de Transferencia de los Combustibles (ITC).
"No tiene ningún sentido juntarnos la semana que viene porque los ánimos todavía están muy calientes por el tema Barrionuevo", se sinceró uno de los miembros de la conducción de la bancada del PJ.
Otro compañero de bancada tuvo una visión más política: "En Diputados no sesionan nunca y se salvan de todos los quilombos. Nosotros, en plena campaña, estuvimos pagando un costo político extra y sin poder estar en nuestras provincias".
Lo cierto es que si bien la mayoría del justicialismo votó unido en defensa del controvertido líder sindical, el episodio dejó muchos heridos, obviamente entre quienes adhirieron a la estrategia reclamada desde el duhaldismo y el menemismo y los que votaron a favor de la expulsión de su compañero.
Era esperable que los santacruceños Cristina Fernández de Kirchner y Nicolás Fernández y los puntanos Liliana Negre de Alonso y Raúl Ochoa votaran en favor de la sanción, pero no lo era que se sumaran cuatro miembros más del bloque.
"Con otros integrantes, volvimos a ser el grupo de los ocho", se jactó una integrante de ese cuarteto.
Así buscó establecer un paralelismo con los ocho senadores que el año pasado amagaron con partir el bloque cuando se votó la polémica ley de subversión económica, que a su vez fueron bautizados de ese modo en recuerdo a la escisión peronista que encabezó Carlos Chacho Alvarez en los albores del menemismo.
Cuando el año pasado se votó la ley que pedía el FMI entre los disidentes estaban los santacruceños, los puntanos, el chubutense Marcelo Guinle, los entrerrianos Jorge Busti y Graciela Bar, y Jorge Yoma.
Ahora el grupo estuvo integrado por los cinco primeros, más la santafesina Roxana Latorre, la mendocina Marita Perceval y la cordobesa Beatriz Halak.

Sin riesgo de ruptura
"No hay ningún riesgo de ruptura. Sacando los santacruceños y los puntanos, cuya posición es conocida desde hace tiempo, el resto justificó adecuadamente su pronunciamiento adentro del bloque", argumentó el presidente provisional del Senado, José Luis Gioja.
Esta percepción es compartida por el jefe del bloque oficialista, Miguel Angel Pichetto, quien cree que una vez enfriado el clima se podrá volver a trabajar normalmente.
"Votaron de ese modo porque se habían comprometido en sus provincias a hacerlo de ese modo y porque habían hecho declaraciones públicas. Pero no hay voluntad rupturista. Fue un hecho puntual", aseguró Gioja.
No obstante, todos los sectores reconocen que no será una situación simple sentar en una misma mesa a Barrionuevo con quienes reclamaron su expulsión y que lo más conveniente es tomarse un tiempo.
Esta visión contempla que una vez saldada la puja electoral, la interna grande del PJ quedará definida y el alineamiento general será inevitable.



El "sobreseimiento" causó conmoción en el Senado.
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