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¡No a las guerras!

Las guerras, como supo decir H.G. Wells, son acontecimientos trágicos en los que combaten y mueren una mayoría de personas que no se conocen para beneficio de una minoría de sujetos que se conocen muy bien. El conflicto bélico en curso involucra a todo el planeta. Las consecuencias de semejante enfrentamiento son imprevisibles. Pero, lo que sí es previsible es la sumatoria de calamidades, horrores y espanto que significará para miles de seres humanos, despojados de su dignidad y derechos. No debemos permitir que, una vez más, una secta de fanáticos invocando nobles propósitos arrastren a la especie humana y a los ecosistemas a la destrucción. Millones de voluntades en el mundo manifiestan su rechazo a la guerra. Desoír este clamor es un modo insolente de los mercaderes de la muerte de lanzar un desafío, de exhibir su desprecio por la genuina voluntad de los pueblos. Por eso no cesaremos de expresar a viva voz: ¡No a las guerras!, en todo tiempo y lugar. ¡Ni una gota de sangre por petróleo!
Carlos A. Solero