Año CXXXVI
 Nº 49.789
Rosario,
sábado  22 de
marzo de 2003
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Tras el despegue de 2002, nuevas amenazas se ciernen sobre el sector
Los frigoríficos empiezan a aterrizar
Las exportaciones se complican por el dólar bajo, la falta de hacienda y la demora en la devolución de reintegros

Patricia Martino / La Capital

La industria frigorífica está que arde. Este año el panorama no se presenta tan alentador como el del año pasado. Con la erradicación de la aftosa en los rodeos bovinos nacionales y la devaluación de principios de 2002 la apertura de los mercados creció a pasos agigantados y la exportación se convirtió en el negoció más redituable de las empresas cárnicas. Ahora, con un dólar en baja que favorece a Brasil, el principal competidor de la región, y con un gobierno que incumple el pago de los reintegros del IVA exportación, la situación no es tan próspera. Además otro ingrediente que los empresarios tienen en cuenta es que en 40 días se realizarán las elecciones presidenciales y esto genera incertidumbre en el ambiente por las medidas que pueda adoptar la nueva gestión para superar esta coyuntura.
La cuota Hilton, que la Unión Europea amplió el año pasado a 10 mil toneladas, fue la niña bonita de la performance exportadora.
Gabriel Carnevale, del Estudio Ganadero Pergamino, sostiene que el interés de Europa por las carnes argentinas generó grandes expectativas en las empresas frigoríficas pero el panorama no fue tan alentador como se creyó en un principio.
"Europa sólo compra los cortes de mejor calidad por lo tanto existe un remanente por cada animal que no se logró colocar y esto incide en el precio del mercado interno", explicó el consultor.
El viejo continente compra lomos, pecetos y cuadriles, y el resto del animal debe colocarse en otros mercados, entonces estos cortes quedan para el consumo interno y baja el precio del ganado. Según el analistas Argentina debe resolver la integración de la red para que la exportación sea un negocio redituable. Además, consideró que los embajadores deberían ser más activos y buscar abrir los mercados para colocar la carne que Europa no compra.
Para el consultor Alberto Berardi, a la Argentina "le conviene" exportar a la UE los cortes de mejor calidad porque esto le significa un ingreso de 7.000 dólares por tonelada contra 4.000 o 4.500 que puede generar la venta de mercadería de inferior calidad.
Asimismo, advirtió que a nivel internacional los valores están bajando y que en el país la hacienda en pie se mantiene a un precio alto porque bajó la faena un 10% respecto a enero pasado. "Es el proceso lógico a raíz del problema de la aftosa, lo que estaba destinado a la exportación se vendió al consumo interno y los frigoríficos se quedaron sin stock, ahora hay que esperar dos años para recuperar el nivel perdido", advirtió Berardi, desmintiendo la hipótesis de que los productores estarían reteniendo el ganado a la espera de una mejora en los precios.
Mario Ravettino, de Argentine Beef Consortium (ABC), coincidió. Aseguró que la retención se puede sostener temporalmente pero no en forma continua como ocurre en la actualidad. "Es evidente en los pedidos de los supermercados que bajaron considerablemente", admitieron desde ABC.
La crisis marcó un retracción en el consumo y el mejor elemento para comprobarlo es la merma en la faena. En la última década el rodeo bovino bajó de 60 millones de cabezas a menos de 50 millones, las exportaciones cayeron por debajo de las 350 mil toneladas y el consumo interno pasó de 97 a 60 kilos por habitante por año.
A pesar de que Argentina cuenta con carnes de mejor calidad que Brasil, su principal competidor en la región, lo que a primera vista funcionaría como una ventaja se diluye por la diferencia en el tipo de cambio.
Debido a esto, desde el exterior se privilegia al país vecino y socio del Mercosur.En este sentido, Berardi indicó que al consumidor le interesa la carne buena pero también le interesa recibirla siempre y Brasil lo hizo, en referencia las restricciones que sufrió el país por el brote de aftosa. "Argentina perdió millones pero fue peor perder el prestigio", consideró.
Ravettino consideró que para poder competir con Brasil se deben recuperar los mercados de valor como Egipto y Bulgaria, aunque estos no sean los mejores como Estados Unidos y Canadá. No obstante desde ABC se mostraron optimista por las inspecciones que realizaron los países del norte.
Argentina pretende recuperar este año el estatuto de país libre de aftosa con vacunación por la Organización Internacional de Epizootias (OIE), tras haber perdido esa condición en marzo de 2001 al registrarse un fuerte rebrote de la enfermedad y también ganar las plazas de Estados Unidos y Canadá que exigen por ley que haya transcurrido un año desde la aparición del último foco de aftosa en el país, plazo que se cumplió el 23 de enero. Si bien no se trata de un volumen de exportaciones elevado, los cupos son de 20 mil toneladas en ambos casos, que los dos países reabran sus plazas compradoras a las carnes argentinas significa obtener una llave de ingreso del producto a numerosas regiones del mundo, que por ahora, compran en otros destinos.

El gobierno no cumple
La industria frigorífica también está afectada por la demora del reintegro por IVA exportación que debe abonar el gobierno. En la actualidad 80 millones de pesos están frenados y las empresas esperan ansiosas que les liquiden este dinero. Para muchos si no se resuelve esta situación el negocio de la carne es inviable y se puede perder el desarrollo productivo que las empresas consiguieron el año pasado.
Los representantes del sector nucleados en ABC, que abarca el 95% de los frigoríficos exportadores, le plantearon el dilema al ministro Aníbal Fernández, quien se comprometió a gestionar a la brevedad una audiencia con el ministro de Economía Roberto Lavagna, de quien depende la solución del conflicto.
Sin embargo no todas las empresas cárnicas sufren un panorama tan desalentador, Quickfood acaba de recibir el pago del 5% del total de la deuda que el Estado mantenía con ella.
ABC está integrada por Argentine Breeders & Packers SA, Arrebeef, Cepa, Consignaciones Rurales, Ecocarnes, Estancias del Sur, Finexcor, Frigorífico Gorina, Rioplatense, Villa Olga, La Anónima, Rafaela Alimentos, Sadowa, Swift Armour, Friar y Quickfood.
El panorama es de pronóstico reservado. Desde la Sagpya se descarta un escenario de crisis en el sector y aseguran que los frigoríficos están sufriendo sólo una reducción de los márgenes que obtuvieron a principios del año pasado.
Lo cierto es que este año ya se pusieron en evidencias algunas dificultades. La feroz disputa en torno de la Hilton que reclamaba Fricop parece un caso en particular pero parece poner evidencia una agudización de la competencia en la industria. Por otro lado, los despidos efectuados recientemente por Friar, la parálisis que sufrió Cepa hace unas semanas y los incesantes rumores de ventas que apuntan a algunos grandes operadores del mercado, son señales preocupantes para el mediano plazo.



La industria cárnica vuelve a hacer los números.
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