Año CXXXVI
 Nº 49.784
Rosario,
lunes  17 de
marzo de 2003
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Editorial
Peligroso retroceso del libro

La crisis que azota a la Nación actúa, en muchas ocasiones, como una especie de cámara de resonancia de los problemas, amplificando sus ecos y potenciando sus alcances. Un reciente estudio del Grupo Editores de Libros de Texto (GET) en escuelas públicas y privadas reveló que seis de cada diez chicos no utilizan textos, y advirtió que esta situación podría derivar en que en los próximos años "se reciban profesionales sin haber leído un solo ejemplar". Se dirá, con total acierto, que el drama planteado por los resultados de este relevamiento dista de ser nuevo: la decadencia del libro de texto en las instituciones educacionales argentinas proviene de larga data y se relaciona con la ostensible caída de la calidad pedagógica. Pero la dramática coyuntura actual -crudos efectos de la devaluación de por medio- ha transformado una tendencia preocupante en una pauta casi excluyente.
El trabajo realizado por el GET es claro en lo que refiere a las causas del fenómeno: en las escuelas públicas "los maestros tienen culpa de pedir libros por la situación socioeconómica, y en las privadas para que no se asusten con las cuotas que tienen que pagar", asegura el "dossier". Y Osvaldo Cesarini, titular del organismo, explicó en rueda de prensa que en este contexto la Argentina "se ubica en uno de los últimos lugares de América latina" en relación con el uso de textos escolares.
Así es: el mismo país cuya educación pública fue orgullo distintivo de su población se ha metamorfoseado en el reino de la deserción escolar y de las fotocopias en las aulas. Resulta reiterativo abundar sobre los nocivos efectos de estas últimas: el libro, uno de los instrumentos más perfectos creados por la mente humana, no es sustituible por nada, pero mucho menos por papeles sueltos de origen espurio y futuro descartable.
En el aspecto estrictamente pedagógico, el libro de texto, de acuerdo con el informe, permite, "a diferencia de las enciclopedias o de Internet, organizar el trabajo del aula: ofrece una selección de contenidos adecuada a las necesidades de los distintos grupos de alumnos y es un recurso fundamental para el desarrollo de las competencias lectoras". Sin dudas. Pero mucho más: el libro sigue siendo el principal soporte del conocimiento acumulado por la especie a lo largo de la historia y la relación con él constituye el camino prioritario en cualquier desarrollo educativo.
La situación no amerita más palabras, sino ponerse en acción de inmediato.


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