Año CXXXVI
 Nº 49.782
Rosario,
sábado  15 de
marzo de 2003
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La jornada pública se suspendió por el boicot de los ediles
Los concejales debían rendir cuentas pero faltaron a la cita
Los vecinos también habían sido convocados, pero las gradas estuvieron vacías. La postergación es sin fecha

Isolda Baraldi / La Capital

La jornada de rendición de cuentas que debían realizar ayer los concejales finalmente fracasó por el boicot de los propios ediles. Apenas 21 de ellos, de un total de 41, se hicieron presentes en el recinto para realizar un balance público de los proyectos presentados y la tarea realizada durante el año pasado. Pero el desinterés no fue propio de los miembros del Palacio Vasallo, tampoco los vecinos se hicieron presentes para conocer la actividad de sus representantes, pese a que fueron convocados a asistir.
La jornada donde todos los ediles debían rendir cuentas de su trabajo fue aprobada por el Palacio Vasallo el 14 de noviembre pasado. Así las cosas, la jornada se había programado para el 13 de diciembre, pero los concejales decidieron postergarla para ayer. Ahora quedó nuevamente suspendida.
Ya a las 9 de ayer, hora que estaba previsto el inicio de la jornada, se presagiaba el fracaso. Apenas dos o tres concejales, con sus carpetas en mano, tomaron asiento, mientras veían con preocupación las gradas y las bancas prácticamente vacías.
"No fue problema de la difusión porque los medios de comunicación lo difundieron y además se enviaron más de 600 invitaciones a distintas vecinales y organizaciones no gubernamentales", rumoreaban por lo bajo empleados y asesores del Concejo, compungidos por la falta de interés de la comunidad en el tema, y lo que es más grave de los propios concejales.
El área de Protocolo había dispuesto de mozos, varios litros de humeante café y agua destinados a los concejales y público en general. Pero el café quedó en las jarras ante la falta de consumidores.
Los pocos ediles que se hicieron presentes intentaron comenzar la jornada, y se escucharon algunos discursos. Pero pasadas las 10.30 ingresó al recinto el radical Jorge Boasso, que luego de oír unos minutos a sus pares propuso que los concejales dejaran de hablar para escuchar a los pocos vecinos presentes. Con rápidos reflejos, y respaldados por los tibios aplausos de la tribuna, la mayoría de los ediles estuvo de acuerdo.
Entonces los vecinos tomaron el micrófono y señalaron que la convocatoria fue prácticamente nula e instaron a los ediles a volver a citar a otra reunión.
Con gestos que pasaban del estupor a la risa los concejales aceptaron la nueva propuesta cuando en realidad a hace altura ya quedaban en el recinto apenas cuatro o cinco de los 21 que inicialmente se hicieron presentes. Ni siquiera Boasso se había quedado a escuchar a los vecinos, pese a que había sido su propuesta.
De todos modos, algunos representantes de centros comunitarios aprovecharon la ocasión y microfóno en mano recriminaron a los concejales su falta de inserción en los barrios. Más aún alguien preguntó: "¿Qué es lo que hacen ustedes?".
Finalmente, la jornada fue suspendida si fecha, y por los pasillos todos aseguraban que tras el papelón de ayer difícilmente se vuelva a hacer.



Apenas 21 de los 41 ediles estuvieron presentes.
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