Año CXXXVI
 Nº 49.781
Rosario,
viernes  14 de
marzo de 2003
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Candidatos a fondo. El postulante a vice asegura que el veranito llegó para quedarse
Scioli: "La gente no quiere más caudillos"
Relativiza las chances de Menem. "Kirchner es el único que subió en los sondeos", dice

Mauricio Maronna / La Capital

Daniel Scioli es un tipo tranquilo. Cuando llega a la Redacción de La Capital se despoja de su saco, arremanga su camisa, pide un café y clava su mirada en un punto indefinido. La imagen que proyecta parece ir en línea con su discurso: moderado, respetuoso y enemigo de las adjetivaciones. Asegura que el veranito económico llegó para quedarse, enfatiza que Eduardo Duhalde "quedará en la historia" y no duda que la fórmula que lo contiene como candidato a vicepresidente se impondrá en los comicios del 27 de abril. Sin levantar la voz, asegura: "La gente no quiere más caudillos".
-Los efectos del veranito no parecen tener la misma significación en los grandes centros urbanos que en las poblaciones más pequeñas.
-Todo llega y todo pasa... Pero esto no es un veranito, es una realidad. Estamos poniendo en marcha el aparato productivo. Los que dudan de los efectos positivos del plan económico son los mismos que hablaban de un dólar a 10 pesos o que votaríamos en un clima de hiperinflación, bancos cerrados y aislados del mundo. Hay estabilidad, competitividad, crédito, cuotas, se sustituyen importaciones, crece el agro, la actividad pesquera, la metalmecánica...
-Pero en las ciudades la mufa no cede.
-Bueno, pero el optimismo llegará rápidamente a los grandes centros urbanos. Todo lo que es desarrollo de microemprendimientos y comercios repercute mucho en las ciudades, por eso nuestra prioridad está puesta en crear empleo.
-¿El veranito llegó para quedarse?
-Sí, y por eso tenemos el respaldo mayoritario para conducir el país. Kirchner y yo pondremos todo el esfuerzo para acelerar la recuperación del país.
-El tema es cómo lo harán.
-Con reforma impositiva, poniendo al sistema financiero al servicio de los microemprendimientos y la producción, reinsertando a la Argentina en el mundo, solucionando el tema de la deuda externa, con un gran plan de obra pública. Algo similar al New Deal de Franklin Roosevelt. Esa es la Argentina que se viene, porque hay un escenario distinto: estabilidad con competitividad.
-Frente a la exuberancia de algunos candidatos que proponen un centenar de medidas y otros que solamente apelan al consignismo, ¿cuál es el eje de la campaña Kirchner-Scioli?
-Realismo y responsabilidad. La gente no compra espejitos de colores ni buzones. El que se quemó con leche, ve una vaca y llora... El gran ordenador social es la creación de puestos de trabajo. Otra ventaja de nuestra fórmula es la gobernabilidad: existe armonía sobre el futuro de la Argentina entre provincia de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
-¿Está harto de que le pregunten si traicionó a Menem?
-No, porque el propio Menem señaló que de ninguna manera se siente traicionado. Dijo que es una decisión política que él respeta... Es decir que nos tenemos respeto mutuo.
-Kirchner dijo que no votaría por Menem en una segunda vuelta. ¿Y usted?
-Yo pienso en ganar, no me planteo ese escenario. Pero, después del 27 de abril, la mayoría del PJ estará unido.
-¿Cómo interpreta este "renacimiento" de Menem cuando pocos meses atrás estaba en el último de los subsuelos?
-Creo que mucho no varió, ¿no? No supera el 15 por ciento...
-Hace algún tiempo casi todos los analistas lo daban como "políticamente muerto".
-Lo subestimaron. Yo nunca me referiría a él como a un "muerto político". Si todos nos respetásemos más elevaríamos el nivel de la democracia. Cuando el gobierno no encontraba un rumbo crecían los candidatos opositores, cuando la gente percibió un cambio dejaron de subir. El único que despegó en las encuestas es Kirchner, porque habla del futuro. Los otros candidatos quedaron descolocados por el nuevo escenario. La dolarización no tiene sentido si hay estabilidad. La estabilidad por sí misma genera que la gente diga: no es necesario estar afuera del mundo ni tener relaciones carnales con Estados Unidos.
-Es curioso que Reutemann y usted, que vienen desde afuera de la política, sean los dirigentes con mejor imagen.
-Hay políticos que trabajamos, pero también hay vagos. Con Reutemann tenemos muchas cosas en común: hacemos, construimos y no hablamos demasiado.
-¿Coincide con quienes dicen que Reutemann apoya a Menem?
-Si él tomó una decisión de ese tipo, está en su derecho. Pero Reutemann defiende la producción, el empleo y el crecimiento del sector agropecuario, que son las cosas que impulsa nuestra fórmula. Lo digo respetándolo profundamente desde lo personal como él me respeta a mí. El hecho de que aún no se haya expresado no hay que tomarlo como un aval a Menem. Lole prioriza la gobernabilidad de Santa Fe para que no se le meta la interna nacional, pero como faltan seis semanas puede haber una definición de Reutemann. O no...
-Algunos duhaldistas dicen que el discurso filoizquierdista de Kirchner "no enamora a los muchachos".
-Esto no es un problema de derecha o de izquierda. Se va para adelante o se va para atrás. Yo soy progresista desde siempre. Kirchner plantea algo superador a lo que se vivió. Lo vi ayer (por el miércoles) en Formosa: el pueblo vibraba con lo que planteaba Kirchner. Y esto se repite en todo el país, no es casualidad: está en sintonía con la agenda de la gente, no con la de los dirigentes. Después, la mayoría se encolumnará con quien gane las elecciones, que será Kirchner. La gente busca otro tipo de liderazgo, quiere ver gestión. Se terminó la etapa de los caudillos, la sociedad pide vivir tranquila y con trabajo. No tenemos margen para equivocarnos. Duhalde pacificó al país y ofrece la posibilidad de votar con una Argentina en pie y en paz. La historia se lo va a reconocer.



Scioli se encontró varias similitudes con Reutemann. (Foto: Néstor Juncos)
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