La Justicia excarceló ayer a la oficial de policía detenida el martes como sospechosa de ser quien atacó, hirió y amenazó de muerte a la militante social Susana Abalo en dos episodios ocurridos el año pasado. La mujer juró que no tiene nada que ver con los atentados y afirmó que ni siquiera conoce a la víctima. Igual está imputada de amenazas y lesiones y, aunque ya está libre, seguirá vinculada a la causa como única imputada.
"No tengo ni idea de qué me están hablando", le dijo Claudia Mendoza a quienes la interrogaron. La acusada es una oficial auxiliar de la policía provincial, tiene 13 años de antigüedad en la repartición y trabaja en la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional II.
Su abogado, Fernando Censi, dijo ayer a La Capital que la mujer rechazó las imputaciones y se declaró inocente de cada una de las acusaciones.
También negó haber llamado por teléfono desde su casa a un profesor universitario de la Facultad de Derecho que supuestamente tiene una relación de estrecha amistad con Abalo, quien además de integrar la comunidad cristiana Mensajeros de Jesús y realizar tareas sociales en Villa Banana, estudia abogacía. Esa llamada sería clave para los investigadores, que la consideran un indicio para relacionar a Mendoza con los ataques a Abalo.
Sin embargo, fuentes de la investigación admitieron ayer que se trata de una pista débil que apenas alcanza para convertirla en sospechosa pero que en principio no prueba "absolutamente nada".
La otra pista que orientó las pesquisas hacia ella es el parecido de la oficial con el fotofit realizado por la policía en base a la descripción que aportó Abalo de la mujer que supuestamente la atacó en un baño de la Facultad de Derecho. La agresora la golpeó y le ocasionó heridas en la cara con un elemento cortante y la víctima dijo que tenía tanta fuerza que parecía un hombre.
Pistas débiles
Fuera de estos elementos, en las distintas causas que se tramitan en los juzgados de Sedda y de Pérez Vara no habría otros indicios contra Mendoza.
"Hasta donde sabemos, no hay otros elementos que la vinculen con estos casos", dijo el abogado Censi. El letrado consideró que las pruebas son "muy débiles" y por eso planteó la excarcelación de la mujer policía. La sospechosa quedó libre ayer por la tarde, aunque sin embargo continúa como imputada.
Según fuentes que presenciaron al menos una de las declaraciones judiciales de Mendoza, la mujer se mostró "muy aplomada" y repitió varias veces que ni siquiera conoce los episodios por los que la acusan y tampoco a la víctima.
Pero lo que no hubo fue información oficial sobre el tema, ya que tanto en el juzgado de Sedda como en el de Pérez Vara hubo una cerrada negativa a hablar con la prensa. Un vocero de Sedda se limitó a decir que en los próximos días se practicarán nuevas medidas investigativas y que después la jueza resolverá la situación procesal de la imputada.
Una de esas diligencias sería una rueda de personas para ver si Abalo reconoce o no a Mendoza como su agresora. "El resultado de esta medida puede ser clave para el futuro de la investigación", admitió una de las fuentes. Pero esta prueba no se podrá practicar hasta la próxima semana ya que la víctima está en la localidad cordobesa de Tanti haciendo un tratamiento solventado por el gobierno provincial, y regresará a Rosario el martes próximo.
Mendoza tiene entre 35 y 40 años, es madre de 4 hijos y vive en Pasco al 6000, desde donde se hizo la llamada supuestamente incriminante que sirvió de base para la acusación en su contra. Según voceros de la policía, no tiene "ninguna clase" de antecedentes penales y su prontuario está limpio.
La Ciudad
