Año CXXXVI
 Nº 49.781
Rosario,
viernes  14 de
marzo de 2003
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Fuertes estampidos sacudieron la tranquila tarde de Arroyito
Dos tiros en otro infierno familiar
Una maestra de 48 años asesinó a su única hija, de 17, con un balazo en la nuca. Luego intentó suicidarse

Ya eran las 6 menos cuarto de la tarde cuando dos estampidos sobresaltaron a los vecinos del barrio de Arroyito. En una secuencia de cinco minutos, los tiros retumbaron en el departamento de pasillo del pasaje Lafinur al 700. Una hora después, los gritos desesperados de un hombre pidiendo ayuda sacudieron la modorra de los habitantes de la cortada de una sola cuadra que cruza Juan José Paso al 1600. Cuando los vecinos respondieron al reclamo y entraron al inmueble, un charco de sangre se extendía sobre el piso. En un sofá cama yacía sin vida una chica de 17 años. Un proyectil le había perforado la nuca. Muy cerca de ella estaba tirada su mamá, de 48 años, que se había disparado un balazo en la boca después de matar a su hija.
El hombre que no podía controlar el dolor era el padre de la adolescente y el esposo de la mujer. Un rato antes, Eduardo Riquelme, de 52 años, se había bajado de su viejo Peugeot 504 y apenas traspasó la puerta de la casa familiar se encontró con el horrendo cuadro. No podía entender lo que había ocurrido y entablaba un diálogo sin respuestas con su única hija, Laura. "Le pedía que se despertara", comentó un vecino que presenció la desgarradora escena. La adolescente había sido asesinada por la madre mientras dormía en el comedor. Desde el suelo, Griselda Bertelegni parecía mirar la escena. Estaba malherida y no pronunciaba palabras. Una ambulancia la llevó al Hospital Alberdi y desde allí al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez.

Una relación conflictiva
Algunos chicos del barrio indicaron que la relación entre madre e hija era conflictiva y las discusiones "constantes". En cambio, otros vecinos ya adultos prefirieron recordar a los Riquelme como personas ermitañas que recorrían la barriada para hacer las compras. "Sólo nos saludábamos", coincidieron un hombre cincuentón y una mujer de unos 40 años.
Laura no tenía amigos en el barrio y nadie le había conocido "un novio". Sólo una compañera de la escuela de la infancia podía dar registro de la chica, aunque hacía mucho tiempo que "no la veía". Ellos aseguraron que la chica era bajista de una banda que tocaba música punk y temas del grupo Attaque 77. Y también que solía vestirse con tachas, camisas y pantalones negros. Con los músicos del grupo ensayaban en la terraza y al parecer los sonidos estridentes habrían molestado a la madre.
Griselda había sido maestra de la escuela Nicasio Oroño, de Alvarez Jonte y Juan José Paso. Estaba con licencia médica y bajo tratamiento porque "un cuadro de esquizofrenia psicótica la afectaba desde hacía algún tiempo", aseguró un investigador.
Sobre Eduardo, los vecinos dijeron que no tenía un empleo fijo y que daba clases de ajedrez en la biblioteca Popular Homero, de Vélez Sarsfield al 900. También, hacía changas como mozo en algunos bares.
A pesar de la aparente relación conflictiva, ayer a la tarde, los vecinos no escucharon gritos antes de las detonaciones. Hacía 24 años que los Riquelme habían llegado al departamento interno de Lafinur 746 y nunca nada sorprendió a los vecinos. Por ello, los habitantes de clase media de la cortada ayer parecían sorprendidos por el suceso. "Me cayó como un balde de agua fría", decía José. A su lado, una mujer repetía que eran "personas excelentes".
A pesar de su cuadro de salud mental, nadie había advertido ninguna conducta extraña en la mujer en los últimos días. Un hombre que vive en una casa lindante con los Riquelme sostuvo que Laura era "muy estudiosa" y que a diario escuchaba el sonido del piano que la chica ejecutaba.
Ya habían pasado más de dos horas de los estampidos y el comisario José Luis Juárez, jefe de la Brigada de Homicidios, salió de la vivienda y confirmó lo que se presumía: la mujer había asesinado a su hija y después intentó quitarse la vida. Primero había gatillado un revólver calibre 22 Gaster que perforó la nuca de Laura y después se disparó un tiro que ingresó en su boca. Hasta anoche esa era la hipótesis más firme que manejaban los investigadores, aunque el oficial aclaró que Riquelme estaba demorado en la seccional 9ª para brindar explicaciones acerca del episodio. Ello porque cuando los pesquisas llegaron a la casa del pasaje Lafinur las puertas estaban cerradas.
Al cierre de esta edición Griselda estaba internada en terapia intensiva en el Heca pero su vida, según una fuente policial, no corría peligro.



Los vecinos se agolparon en el pasillo de Lafinur al 700. (Foto: Hugo Ferreyra)
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