Año CXXXVI
 Nº 49.780
Rosario,
jueves  13 de
marzo de 2003
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Un caso que cuestiona la facultad de detener para averiguar antecedentes
Procesan a 3 policías por maltratar a un detenido e inventarle una causa
Los padeció un empleado judicial que fue discriminado por su aspecto físico y pasó 11 horas en la seccional 5ª

Jorge Salum / La Capital

Un juez de Instrucción procesó a tres policías de la seccional 5ª por detener ilegalmente a una persona con la excusa de averiguar su identidad y si tenía antecedentes, maltratarla física y psíquicamente y finalmente fraguar un sumario para acusarla de un delito inexistente y justificar así su arresto arbitrario. Además envió los antecedentes del caso a la División de Asuntos Internos de la fuerza para que investigue la responsabilidad de quien era el jefe de la comisaría cuando ocurrió el episodio y también la de un médico policial por su actuación en este caso.
La resolución judicial cuestiona una vez más la facultad de la policía de arrestar personas por averiguación de antecedentes y desnuda su utilización arbitraria por parte de algunos uniformados, que esgrimen esta figura para blanquear arrestos irregulares por cualquier motivo.
El procesamiento fue dictado por el juez Carlos Alberto Triglia e involucra a los policías Fabián Isidro López, Adolfo Esteban Colombo y Cristina Rodríguez. El sumario de Asuntos Internos, en tanto, deberá incluir al comisario Daniel Pool y al médico Daniel Fabián Cuassolo.
La víctima del caso es Gustavo Alfredo Ríos, un empleado judicial que trabaja en el juzgado de Menores Nº 3 de los Tribunales locales. Extraña paradoja ya que lo llevaron detenido precisamente cuando respondió a una pregunta sobre dónde trabajaba y como es morocho no le creyeron.
Ríos esperaba un micro de larga distancia en la esquina de Ovidio Lagos y 27 de Febrero, a las 11 de la noche del 17 de junio último, cuando un patrullero de la comisaría 5ª lo encaró de contramano y dos policías se bajaron para preguntar quién era y qué hacía allí. No llevaba documentos pero dio su nombre y dijo que es empleado judicial. Nunca imaginó lo que le esperaba por aquel comentario. "Pero qué vas a trabajar en Tribunales vos, negro de mierda", fue la respuesta inmediata de uno de los uniformados mientras lo pateaba en los tobillos, lo esposaba como se se tratara de un delincuente y lo subía sin más trámite al móvil.
Lo llevaron a la seccional de Italia 2153 y lo encerraron en un calabozo, donde lo dejaron incomunicado. "¿Qué, me vas a denunciar?", lo desafió el mismo policía que lo había pateado cuando se quejó por el modo en que lo trataban. Después se puso más pesado: "Ahora te voy a cagar a palos y me vas a decir dónde trabajás", añadió. Ese policía, según la denuncia, era López.
En la comisaría pasó horas hasta que por la mañana llegó el abogado Aldo Gómez, a quien Ríos conoce por su desempeño de años en distintos juzgados. Recién entonces, cuando Gómez pidió explicaciones, los policías parecieron entender que cometieron un error y entonces fraguaron una acusación para justificar así la detención durante horas sin justificación alguna.
El arresto por averiguación de antecedentes sólo permite demorar a una persona como máximo 6 horas, pero a Ríos lo soltaron casi 11 horas después. Antes lo acusaron de resistencia a la autoridad y le abrieron un sumario.
Un par de días después Ríos denunció el caso ante el fiscal Ismael Mamfrin y éste sugirió al juez Triglia que iniciara una investigación penal contra los policías. Así se descubrió que la seccional jamás informó al juez correccional de turno sobre la detención de Ríos pese a que los policías hicieron figurar en los libros de la comisaría que lo habían hecho, y que por lo tanto estaba detenido por orden de un juez. Pero la secretaria del juzgado en lo Correccional Nº 7, Delia Paleari, declaró ante Triglia que jamás lo hicieron y que fue ella quien llamó a la comisaría al enterarse por casualidad que había un empleado judicial detenido.
Triglia dijo que los policías actuaron con "prepotencia" y sostuvo que la conmoción social por el auge de la delincuencia no justifica "sobrepasar con mano dura el umbral de la dignidad humana". También dijo que la detención ilegal de Ríos "se perfeccionó" durante casi 9 horas y que los policías intentaron "mimetizar" esta grave irregularidad fraguando una causa contra el detenido y afirmando que la supuesta resistencia a la autoridad se produjo ante la intervención de otros policías (ver aparte) y no de efectivos de la seccional involucrada.
El juez dio por cierto además el relato sobre el maltrato del que fue víctima Ríos tanto en el lugar donde lo arrestaron como en los calabozos de la comisaría ("Voy a hacer que te rompan el culo ahí adentro", le dijo uno de los policías), donde fue humillado por haber dicho que trabaja en los Tribunales.



El arresto ilegal fue en la comisaría de Italia al 2100.
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