Año CXXXVI
 Nº 49.779
Rosario,
miércoles  12 de
marzo de 2003
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Preso por el feroz crimen de un gomero
Es un ex convicto. La víctima, Pablo Rodolfi, fue llevada con engaños a una emboscada, en la zona sur

Uno de los involucrados en el asesinato de Pablo Rodolfi, un gomero de la localidad de Oliveros que murió al resistirse a un robo en la zona sur de Rosario, fue detenido en la madrugada de ayer por la policía en el barrio Municipal, en la zona oeste de la ciudad.
Según informaron voceros policiales, el sospechoso fue identificado como Juan Domingo Saucedo, de 43 años, quien entre 1991 y 1996 cumplió una condena en la cárcel de Coronda por cinco robos a mano armada. La Brigada de Homicidios lo apresó en una casa de Pasaje A al 7700 (Rivarola a la misma altura), donde asimismo se secuestró algo de ropa y una moto Honda Econo Power.
El crimen que se investiga ocurrió el pasado 2 de enero. Rodolfi, de 27 años, llegó ese día a Rosario junto a su cuñado, Carlos Alberto Cortina, un suboficial de 27 años de la Prefectura Naval, y el fletero Miguel Angel Uliassi, de 49 años, para comprar unos neumáticos que le habían sido ofrecidos a precio accesible.
La oferta no era sino una trampa para atraer al gomero hacia Rosario y asaltarlo. Una modalidad delictiva que un grupo de delincuentes viene aplicando con éxito en Rosario, por lo menos desde mediados del año pasado, y que consiste en buscar a las víctimas en localidades cercanas a la ciudad y atraerlas con la promesa de un buen negocio.
La banda sería responsable de al menos diez robos cometidos contra comerciantes de diversas localidades de los departamento Rosario y Villa Constitución y del oeste de la provincia.
Según se presume, Saucedo fue quien ofreció los neumáticos a Rodolfi, para lo cual habría viajado a Oliveros con la moto Honda secuestrada ayer. Voceros policiales afirmaron que el ex convicto estuvo en esa localidad "unos días antes de fin de año" y que tentó al gomero "diciéndole que no necesitaba tener todo el dinero sino entregar una parte y pagar el resto en cuotas".
Sin embargo, Rodolfi desconfiaba y por eso viajó a la ciudad junto a su cuñado y el fletero. El día de los hechos, los tres fueron conducidos hasta Acevedo y Ovidio Lagos. Allí habrían tomado contacto con Saucedo, quien estaba junto a otro hombre y dijo que los neumáticos se hallaban en un galpón de pasaje Archai al 2600, en zona de villa miseria.
Al llegar a ese lugar entró en escena otro hombre, que estaba armado con una pistola 11.25. Este delincuente, que se mantiene prófugo, fue identificado por la policía como Gerardo Ledesma, alias Japu, de 21 años, con antecedentes por robo a mano armada y domicilio en el asentamiento de Pueyrredón al 4000.
El supuesto negocio era una perversa emboscada. Arma en mano, Ledesma comenzó a requisar a las víctimas. Le sacó 800 pesos a Rodolfi y 300 a Uliassi. Cuando revisó a Cortina, notó que el suboficial tenía un arma.
Se generó un forcejeo y luego un tiroteo: Rodolfi cayó asesinado, al recibir dos disparos, y Cortina resultó herido en su pierna izquierda. Ledesma arrojó su arma, que se le había trabado, y escapó, aparentemente herido, ya que se hallaron rastros de sangre en su ruta de fuga.
Pocos días después del crimen, la policía allanó el domicilio de Saucedo, en el barrio Mangrullo. El delincuente había escapado de la ciudad junto a Ledesma, que continúa con paradero desconocido.
La maniobra de que se valieron los ladrones ya había sido aplicada en varios casos. En septiembre pasado hubo al menos tres casos que tuvieron como víctimas a personas de Empalme Villa Constitución, localidad en la que los delincuentes pegaron afiches donde ofrecían electrodomésticos a bajo costo. Los interesados fueron asaltados en cercanías de Rodríguez y Doctor Riva.
En noviembre, los afiches aparecieron en San Lorenzo. Cuatro jóvenes de esa ciudad creyeron en el ofrecimiento -que hacía un tal Claudio Podestá- y fueron a su vez asaltados en Ovidio Lagos al 4400, donde les robaron 2.400 pesos.
El 6 de febrero, el ardid fue utilizado para engañar a dos camioneros de Bigand. Los delincuentes les ofrecieron neumáticos en oferta -como a Rodolfi- y tras una serie de tratativas los llevaron hasta San Nicolás al 1600, donde les robaron el dinero que llevaban.



Rodolfi murió poco después de recibir dos impactos.
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