Año CXXXVI
 Nº 49.777
Rosario,
lunes  10 de
marzo de 2003
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Durante 2002 hubo un golpe cada tres días en caminos de la provincia
Piratas que no quieren dar respiro
Los robos ruteros son más frecuentes en el sur santafesino. Hubo 115 casos concretados y 6 en tentativa

María Laura Cicerchia / La Capital

A pesar del plan diseñado por el Ministerio de Gobierno para frenarlos, los piratas del asfalto no dan tregua a los transportistas de cargas en la provincia de Santa Fe. Sólo en la semana que pasó dos golpes casi calcados a camiones con combustible reportaron una ganancia que ronda los 80 mil pesos a los maleantes, tras retener a un camionero en Roldán y, al día siguiente, secuestrar a otro chofer en Casilda. Los episodios motivaron una reunión de los jefes policiales de la zona sur con el número uno de la fuerza provincial, Ricardo Milicic, para diseñar estrategias contra el delito más candente. A plena luz del día, haciendo gala de una impunidad sorprendente y a veces con sospechas comprobadas de connivencia policial, la piratería del asfalto parece imparable.
El acecho de este delito en la provincia va en aumento. Su propagación se acentuó como una epidemia en el segundo semestre del año pasado, en ocasiones con detalles espectaculares por la audacia y destreza de sus ejecutantes. Los robos de cereal, combustible y hasta golosinas fueron incesantes y con patrones repetidos. Parecen probarlos las cifras oficiales del 2002. Sobre 121 golpes en la provincia -uno cada tres días- solamente seis quedaron en intento.
En la Argentina post devaluación, reducir una carga robada en la ruta se ha vuelto incluso más ventajoso que asaltar un banco. Mientras que un típico robo express reporta un botín raramente mayor a los 15 mil pesos por los límites de circulante en las cajas, un atraco a un camión cisterna con 35 mil litros de gasoil, por ejemplo, oscila los 45.500 pesos.
Así, la piratería del asfalto se convirtió en un delito altamente redituable que no respeta planes de seguridad. El pasado jueves 27 de febrero, el ministro de Gobierno santafesino Carlos Carranza dispuso la implementación de puestos policiales móviles y fijos en los principales caminos con el fin de evitar el robo de cargas, en una reunión que tuvo con los transportistas preocupados por el constante saqueo de sus camiones.
A tres días de aquel compromiso, los piratas volvieron a escena con el alevoso robo de 29 mil litros de gasoil en la A-012 a la altura de Roldán. Cuatro asaltantes redujeron a Luis Carabajal, quien se trasladaba desde la planta de YPF en San Lorenzo con destino a Los Molinos, y lo liberaron cuatro horas más tarde en jurisdicción de Alvear. A escasos kilómetros de allí apareció el camión, vacío.
En un lapso de 24 horas (el lunes último) otro chofer sufrió igual trance cuando se dirigía a Chabás en un camión cisterna con 34 mil litros de gasoil. Félix Omar Cáceres también había partido de una destilería de San Lorenzo y fue abordado por cuatro hombres en un cruce de calles de Casilda. Sin bajarlo del vehículo, los ladrones descargaron el combustible manteniendo al chofer a ciegas en el piso de la cabina y lo abandonaron con camión y todo en la zona rural de Los Quirquinchos.
Esos dos hechos, ocurridos bajo el sol del mediodía, no hacen más que confirmar una constante: el saqueo de camiones que parten de la ciudad de San Lorenzo con propósito de distribución de combustible y son abordados en rutas de departamentos del sur.
Esto impulsó una reunión que comenzó a las 16 del viernes pasado en la Jefatura de policía de Rosario, a pedido de Milicic, en la cual participaron los titulares de las unidades regionales y jefes de Investigaciones del sur santafesino. "Se repitieron las directivas generales de incrementar los operativos, disminuir los índices, tener más personal operativo en la calle y lo mínimo indispensable en las oficinas. Se trabajó con el mapa del delito a nivel provincia, porque se da que roban en una región, abandonan al chofer en otra y al camión en otra jurisdicción, y se compartió información sobre reducidores para descentralizar la operatividad. La idea es darles mayor agilidad a las investigaciones", reveló el comisario Milicic, a la espera de una segunda reunión con los jefes de la zona norte.

Los más, los menos
Las estadísticas a las que alude el jefe policial son elocuentes. Según datos de la División de Análisis Criminal de la fuerza, en el año 2002 se registraron 115 atracos concretados, en tanto que seis fueron esclarecidos. Al tope de los departamentos más asediados por los piratas aparecen Rosario (19%), San Jerónimo (15%), Constitución (12%) y San Lorenzo (9%), seguidos de cerca por La Capital, Iriondo y Caseros con el 6% del total (ver infografía). Los guarismos no reflejan los numerosos casos de falsas denuncias detectados por la policía.
El año pasado los reducidores de cargas azotaron las rutas. Un aluvión de robos se produjo en el último trimestre, entre los que se destacaron los atracos a transportistas internacionales. En septiembre dos choferes brasileños que iban a Chile fueron despojados de 32 mil dólares y 4 mil pesos entre dinero y un cargamento de golosinas Arcor tras ser abordados en Santo Tomé. Los liberaron sin un peso en Villa Gobernador Gálvez.
En octubre el fenómeno cobró violencia con el asesinato del chofer Luis Oscar Giménez, de 32 años, quien levantó a tres personas que hacían dedo en Venado Tuerto y más adelante fue asaltado. Le permitieron escapar y cuando huía, de espaldas, lo mataron de tres balazos. Se apoderaron del vehículo con más de 30 mil kilos de soja y luego fueron detenidos.
Un par de casos adquirieron ribetes escandalosos al develar la connivencia policial con los delincuentes, como el robo de 30 mil kilos de speller de soja en Puerto San Martín, a comienzos de diciembre. Por ese golpe fueron detenidos un productor agropecuario y un comerciante que delataron al comisario principal Gustavo Orso, jefe de la seccional de Fuentes, como organizador de la banda. El mismo mes, el robo de una abundante carga de combustible desnudó la complicidad de la policía de Pavón al detectarse que un patrullero viajaba como vehículo de apoyo de un camión robado que apareció luego en el norte de la provincia de Buenos Aires.
Los dos asaltos a camioneros ocurridos la semana pasada comparten las mismas variables que los innumerables robos de combustible del año pasado y demostraron que el fenómeno sigue vigente. Con ganancias apreciables y a un bajo despliegue, la piratería del asfalto no se detiene.



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