Jerusalén. - En el primer ataque suicida en dos meses en Israel un kamikaze palestino detonó sus explosivos en un autobús y mató por lo menos a 15 personas. En el atentado en la ciudad portuaria de Haifa, la tercera en importancia del país, 40 personas resultaron heridas, 12 de gravedad. El primer ataque suicida desde que el nuevo gobierno derechista de Israel asumió el poder golpeó también las esperanzas de Estados Unidos de pacificar la región antes de una posible acción armada de Washington contra Irak. El atentado se perpetró a 25 metros del domicilio del líder laborista Amran Mitzna. Ninguna organización se adjudicó el atentado.
La policía explicó que la explosión se produjo cuando el autobús se encontraba en la avenida Sderot Moriá del barrio de Carmeliya, muy cerca de un centro comercial muy concurrido. La parte central del autobús, de la línea 129 que se dirigía al Centro Horev, saltó por los aires y fragmentos del vehículo se esparcieron en los alrededores. Ayer se cumplían dos meses sin atentados suicidas en Israel, desde que el pasado 5 de enero dos palestinos suicidas se inmolaran en Tel Aviv y acabaran con la vida de 23 personas, entre ellos ocho inmigrantes.
El autobús quedó completamente destruido, con el techo hundido, dada la fuerza de la explosión. Una vez más se repitieron las trágicas escenas que siguen a un atentado suicida y que los israelíes parecían haber dejado atrás en las últimas semanas: pedazos de cuerpos irreconocibles diseminados entre los amasijos de hierros, cadáveres alineados y cubiertos cerca del autobús y una masa irreconocible de objetos, restos del vehículo y sangre esparcidos en un radio de varios metros.
Este ataque en Haifa fue perpetrado a la altura de un centro comercial muy frecuentado de la avenida Sderot Moriá, en el barrio residencial de Carmeliya. Haifa, la mayor ciudad portuaria del Estado hebreo, es una ciudad considerada modelo donde la minoría árabe convive pacíficamente con la mayoría judía. Casualmente, la explosión se produjo a escasos 25 metros del domicilio del líder del partido laborista israelí Amram Mitzna, que fue hasta hace unas semanas alcalde de la ciudad cuando dejó su cargo para formar parte del Parlamento del Estado hebreo. No obstante, nada parece indicar que el kamikaze fuera consciente de este detalle.
En Gaza, los movimientos radicales palestinos Hamas y Jihad Islámica afirmaron que el sangriento atentado era una respuesta al "terrorismo de Israel", pero ninguno de los dos grupos lo reivindicó. La policía identificó al kamikaze como Mahmud Hamdán Salim Qawasni, oriundo de la cisjordana ciudad de hebrón.
"Fue horrible"
"Mi jefe y yo salimos a comer. Escuchamos una explosión enorme. Partes de cuerpos, manos, piernas, cristales y chatarra volaron desde el autobús frente al salón de belleza", expresó Michael Afuta, de 20 años, un empleado del lugar. "El salón tembló por la fuerza de la explosión. Los cristales se rompieron, las luces se apagaron. Corrí hacia el autobús, pero estaba tan asustado de que se produjera otra explosión unos segundos después que me di la vuelta. Fue horrible", agregó.
Fuentes de la policía dijeron que el número de muertos podría aumentar porque había más partes de cuerpos en la escena. El gobierno israelí culpó al presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, por el ataque. El portavoz del gobierno israelí, Avi Pazner, advirtió que Israel tomaría "acciones firmes contra las organizaciones terroristas" tras este atentado, pero no dio más detalles. Poco después, el ministro palestino de Información Yasser Abed Rabbo condenó el ataque en un comunicado.
Luego que el premier israelí Ariel Sharon convocara a su gabinete de seguridad, el ejército efectuó una incursión en el norte de la Franja de Gaza matando a por lo menos un palestino. Decenas de tanques y blindados del ejército israelí penetraron en el norte de la franja de Gaza apoyados por helicópteros, que dispararon al menos dos cohetes contra blancos en la región de Jabaliya, indicó una fuente de seguridad palestina. (AFP, Reuters y DPA)
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