Año CXXXVI
 Nº 49.773
Rosario,
jueves  06 de
marzo de 2003
Min 24º
Máx 31º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





cartas
Mitos y verdades del cine rosarino

En la edición del viernes 28 de febrero, La Capital publicó la nota "Mitos y verdades del promocionado boom del cine realizado en Rosario", en la cual opinaron el realizador Francisco Pavanetto, el director de Centro Audiovisual Rosario, Horacio Ríos, el gerente de la cadena Cines Del Siglo, José Luis Bertolizzi, y el crítico cinematográfico Emilio Toibero. Cada uno dio su visión de la realidad que atraviesa el cine de Rosario, de los problemas económicos para afrontar una producción, de la necesidad de acceder a financiamiento. Pavanetto produce; el CAR apoya las producciones; Bertolizzi afirma, en relación a la buena repercusión de público que está teniendo "Ilusión de movimiento", la película de Héctor Molina, que "no tenemos intención de mover de la cartelera este filme en las próximas semanas", y que la política de las salas respecto a este tipo de producciones "es tratar de promoverlas ya que al cine local cuesta imponerlo". Pero cuando llegamos a la opinión del crítico Toibero el panorama se torna desolador. Oscuro, pesimista, acaso apocalíptico. Ante lo cual me permito, respetuosamente, disentir. Dice Toibero, tras reseñar el tiempo que "El asadito", "El cumple" e "Ilusión de movimiento" tardaron en llegar a las salas comerciales: "¿De qué boom estamos hablando?". Menciona también los trabajos de Fernando Zago, de Javier González y Guillermo Barbieri "que no pudieron pasar de un circuito minúsculo de exhibiciones". Finalmente, a la hora de aventurar un pronóstico dice que: "Al panorama próximo no lo veo muy auspicioso ni para los demás realizadores ni para los mismos Molina y Postiglione, porque las tres películas, salvo en Rosario, fueron un fracaso de taquilla. Tampoco creo que puedan ser considerados referentes de las nuevas generaciones que trabajan con estéticas más alternativas". Llama la atención que casi todo se remita a la cuestión económica, a la taquilla, al "éxito" comercial. ¿No hay nada más en el cine? ¿No hay sueños, no hay arte, no hay heroísmo? ¿No hay una postura filosófica, una lectura de la historia? ¿Alguien miró a la cara, a los ojos de las personas que salen de ver "Ilusión de movimiento"? ¿Esa emoción vale algo? ¿La opinión de Darío Grandinetti, difundida por todos los medios, tiene alguna importancia? Si se tratase sólo de éxitos de taquilla habría que empezar por contratar un galancete preadolescente que venga apoyado por un multimedio de Buenos Aires, desarrollar una trama simple, que no moleste, que sea "políticamente correcta". Una película no es mejor ni peor porque convoque público o deje de convocarlo. Ni mucho menos por las sentencias de la crítica. ¿Cuántas personas vieron "Los compañeros" en Italia? ¿Monicelli se suicidó por eso? ¿Dejó de filmar? ¿La película dejó de ser extraordinaria? ¿Molina y Postiglione deben arrojarse al Paraná? Lo pregunto porque si no convocan público, su panorama próximo no es muy auspicioso, y además no son referentes para las nuevas generaciones... El cine, como industria, no se construye en un día. Italia, Francia y España, que tuvieron filmografías extraordinarias y también industria, hoy dependen en gran parte de los créditos y subsidios del Estado. En Argentina, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) recuperó en agosto de 2002 la autarquía que le habían quitado Cavallo y Menem en 1996. Rosario se propone un Fondo de Promoción de la Producción Audiovisual sin crear ningún nuevo impuesto. Los realizadores de Rosario trabajan todos los días, escriben, producen, generan ideas. Loas actores y los técnicos ponen lo suyo. Todos luchan contra viento y marea.
Alejandro Hugolini


Diario La Capital todos los derechos reservados