El clásico entre Independiente, último campeón argentino, y Racing Club, uno de los dos líderes del Clausura, se jugará en el estadio mundialista de Mar del Plata el próximo domingo a las 16, según confirmó Mario Gallina, presidente del Comité Provincial de Seguridad Deportiva (Coprosede).
La decisión fue adoptada con el acuerdo de la Secretaría de Deporte y Turismo de la Nación, la Policía Federal, el gobierno de la ciudad autónoma de Buenos Aires, el Coprosede y la abierta oposición de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
La entidad con sede en la calle Viamonte, que había programado el partido en el estadio de San Lorenzo, pretendía que el encuentro se celebrara en Capital Federal, pero la Policía Federal se opuso férreamente por no sentirse capaz de garantizar la seguridad.
En efecto, Gallina propuso el estadio de Mar del Plata como escenario final y la moción fue aprobada por 4 votos contra 1 al considerarla como "la alternativa más viable".
Previamente, los responsables de la seguridad deportiva habían desechado a San Lorenzo, Vélez Sarsfield, Boca Juniors y Lanús como potenciales lugares de organización.
Al término de la reunión, que se extendió por espacio de 90 minutos, el titular del Coprosede expuso en forma tajante: "Elegimos Mar del Plata porque es el lugar más seguro".
En las antípodas, el dirigente José Lemme, representante de AFA en la reunión de seguridad deportiva, manifestó su malhumor con la decisión, a la que calificó de "ilógica".
"El partido podría haberse jugado perfectamente en Capital Federal, pero no se hizo por una decisión política que no contempló el aspecto deportivo", consideró el directivo.
Lemme justificó su enojo en la inseguridad que representa "jugar un clásico de esa magnitud a 400 kilómetros de distancia", por el riesgo de eventuales incidentes en el traslado de ambas parcialidades por la Ruta Nacional 2 o el ferrocarril.
Por su parte, el comisario inspector Alberto Natalio, de la Policía Federal, argumentó que el partido debía programarse "fuera de la Capital Federal".
El clásico de Avellaneda, considerado de alto riesgo, tiene antecedentes sangrientos, ya que la última vez que se jugó en esa localidad -Clausura 2001- un simpatizante de Independiente fue asesinado en las inmediaciones del estadio de Racing. (Télam)
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La Ciudad
