Año CXXXVI
 Nº 49.773
Rosario,
jueves  06 de
marzo de 2003
Min 24º
Máx 31º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






La disyuntiva del rugby rosarino

Pablo F. Mihal / La Capital

En Rosario siempre se habló de la disyuntiva de tener un seleccionado fuerte o de apoyar más a los clubes. Nunca se tomó una senda concreta y por eso el rugby en esta ciudad transita por dos veredas distintas al mismo tiempo.
En una de ellas va el seleccionado, que hoy por hoy no tiene en sus filas figuras rutilantes pero que aferrados a un libreto y a un incomparable amor propio siguen sorprendiendo en el torneo más importante que se juega en el país: el Campeonato Argentino. Lo hicieron el año pasado y este año arrancaron bajando a Tucumán, nada menos que uno de los favoritos.
El país rugbístico habló de este triunfo. Ninguno se esperó semejante ofensa de los rosarinos y menos ante un rival de los quilates del tucumano, que este año apostaba a la conquista el cetro. Pero siempre hay un pero. Lo cierto es que mostrando una defensa casi sin fisuras, dureza en el tackle y por sobre todas las cosas una tremenda dureza mental, Rosario ganó. Y no sólo silenció a los cinco mil naranjas presentes sino a los muchos que no daban ni una moneda en los pronósticos.
Quizás este equipo no haga el viejo jogo bonito (ese que arrancó aplausos en distintas canchas argentinas) y que por eso no sea tan convocante, pero es un conjunto que tiene alma y que siempre da pelea.
Pero para muchos esto importa poco. Por la otra vereda, casi sin una explicación lógica o sí, si se lo mira desde una posición un poco egoísta, van los clubes, muchos de los cuales le dan la espalda a este seleccionado con total desidia.
Una muestra más que clara se podrá apreciar el fin de semana cuando el equipo que dirigen Ricardo Imhoff y Gustavo Minoldo se presente por primera vez en el año en la ciudad para medirse con Córdoba. Las tribunas no estarán completas. Estarán ausentes los jugadores que disputarán los partidos de pretemporada defendiendo los colores de sus clubes sin importarles quizás la suerte que corra el representativo de la ciudad, negando en forma implícita ese apoyo que tendría que comenzar en niveles dirigenciales y terminar en los propios jugadores.
Pensar en gradas repletas alentando a los que están dentro de las líneas de cal en Rosario suena a utopía. La realidad indica que por estas tierras los clubes apuestan a poner a punto a sus equipos, organizando partidos el mismo día que juega el seleccionado, en detrimento de lo que tendría que ser una razón de orgullo ya que se supone que la selección es de todos. Por eso, a veces hay actitudes como éstas que no se entienden. Y es una lástima ya que así nunca se suma, se resta.


Notas relacionadas
Empiezan las reuniones de árbitros en la URR
Clínica de coaching para entrenadores
Están las zonas para el circuito de seven
Martínez dirigirá Rosario-Córdoba
Diario La Capital todos los derechos reservados