Año CXXXVI
 Nº 49.773
Rosario,
jueves  06 de
marzo de 2003
Min 24º
Máx 31º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






El cazador oculto: Los riesgos de la nueva temporada

Ricardo Luque / La Capital

Arrancó marzo y la televisión se puso al rojo vivo. Las cadenas nacionales lanzaron con bombos y platillos las programaciones con las que confían ganar la guerra del rating. Telefé, fiel a sus costumbres, puso todas las fichas a "Operación Triunfo", un reality show (otro más) con el que Claudio Villarroel sueña con repetir el éxito que tuvo el formato en España. En la vereda de enfrente, Canal 13 redobló su apuesta a la ficción y repuso "Son amores", un programa con "satisfacción garantizada", al menos para Adrián Suar. El primer round del combate fue ganado por escándalo por Canal 13 que, con la reentré del tanque de Pol-ka, se dio el gusto de relegar a un segundo plano a "Costumbres argentinas", una tira costumbrista de Ideas del Sur (la empresa de Marcelo Tinelli) hecha hecha a imagen y semejanza de los productos de la factoría de "El Chueco" Suar. Lo peor, tanto para Tinelli como Villarroel, es que mientras “Son amores” no estuvo en el aire la vedete del verano había sido precisamente "Costumbres . . . ", lo que revela es que la demanda de "ficción costumbrista" sigue intacta y que el público, entre la copia y el original, afortunadamente se queda con el original.
  Pero la guerra del rating, como toda guerra, no se libra en un solo frente. Si bien todas las miradas están puestas en el "prime time" el resto de los horarios también suman y así es como día a día, minuto a minuto, las grillas de los canales se pueblan de saldos y novedades ávidas de hacer estallar los "people metter". Así es como aparecen (y desaparecen) envíos de tan diferente factura y calidad que cuesta retenerlos en la memoria. Hay periodísticos alternativos, magazines chismosos, ciclos de biografías, unitarios con pretensiones y todos, claro está, desbordantes de creatividad . . .
  Lo curioso es que el revuelo que vive la televisión nacional no tiene correlato en la televisión rosarina, que disfruta, al menos puertas afuera, de una calma envidiable. Los únicos estrenos que se anuncian son talk shows políticos, pensados y realizados para aclarar las ideas de la gente y facturar la propaganda partidaria que se espera para las próximas elecciones. Poco y nada para una teleaudiencia que clama a gritos por una pantalla con color local.


Diario La Capital todos los derechos reservados