Año CXXXVI
 Nº 49.772
Rosario,
miércoles  05 de
marzo de 2003
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Tienen entre 11 y 15 años, acuerdan en que educarse es un derecho
La escuela, según chicos y adolescentes
Más allá de la fiaca inicial, todos coinciden en la importancia del estudio. Para algunos el polimodal también debería ser obligatorio

Marcela Isaías / La Capital

Más de un millón de alumnos empezarán durante marzo las clases en los distintos niveles en que se divide el sistema educativo en la provincia de Santa Fe. Paula, Guillermina, Esteban, Alejandro, Anahí, Maite y Manuel son algunos de ellos. Tienen entre 11 y 15 años, más allá de la fiaca inicial de empezar el año escolar, coinciden en que la escuela es importante y por lo tanto a nadie debería faltarle un lugar en ella.
  Paula Arzamendia (13 años) comenzará el 8º año de la EGB en el Colegio Parque de España, una nueva escuela para ella. Paula habla de sus deseos de aprender en un clima tranquilo, "sin peleas ni discusiones entre los chicos". Si se trata de hablar de lo que prefiere y rechaza del colegio, no duda en decir que “le gustan los ejercicios con preguntas (para pensar) y no que le den todo para estudiar sin mayores explicaciones".
  A pesar que la mayoría pone cara fea cuando se les menciona la palabra estudio, Paula confiesa que "sin la escuela no se podría conocer el mundo". Quizás por eso considera que "todos tienen que tener las mismas posibilidades de educarse, porque la escuela es obligatoria y también lo es tener una educación".
  Igual que Paula, Alejandro Hason (13 años) empezará el 8º año, pero en el Colegio Nuestra Señora del Huerto. "Empecé en esta escuela el año pasado, me gusta el espacio que tiene para estar", rescata de su colegio. A Alejandro le encanta la matemática, algo que no le sucede con las ciencias naturales. "Sé que tener buenas notas depende de mí, de que estudie", dice, a la vez que opina que si se tratara de cambiar algo se inclinaría porque los profesores no fueran tan estrictos, al punto de no perdonarle "ni un errorcito".
  Ingresante a la adolescencia, Alejandro afirma que en un futuro quiere ser analista de sistemas. Para eso, concuerda que es un paso natural estar en la escuela, "algo que no le debe faltar a nadie".
  Guillermina Cuadrado (12 años) empezó su primer año de la EGB en al Escuela Nº 658 Fundación San Cristóbal, y allí continuó hasta entonces. Este ciclo iniciará el 8º año de la EGB, ya que su escuela cuenta con el tercer ciclo completo. Tanto tiempo en el mismo colegio le permite hablar con soltura de lo que le gusta y no del lugar donde aprende: "Haría una biblioteca más grande, con más libros, también con más computadoras", dice.
  Detesta los gritos en la escuela, pero no que le exijan, "me sirve para aprender más". Sociales es su materia predilecta, y para eso da sus razones: "Aprendemos historia, y saber lo que pasó en el país y lo que pasa es importantísimo", dice. Para completar su opinión, Guillermina asegura que "todos deben tener derecho a educarse, sino no vamos a llegar a ningún lado, no tendremos futuro".
  En la provincia de Santa Fe este año se implementará el último tramo del polimodal. Precisamente, Esteban Leguizamón (14 años) hará su primer año en este nivel, en la Escuela Técnica Nº 394 Doctor Francisco de Gurruchaga. "Para mí es una experiencia nueva, tengo entendido que será más exigente", anticipa.
  Esteban tiene sus propias ideas sobre lo que debería abarcar una escuela para todos. "El polimodal debería ser obligatorio, porque la escuela nos da más seguridad para tener un trabajo, nos enseña lo que necesitamos saber, si todos fueran sabrían más y podrían elegir mejor", señala. Para él garantizar este acceso tiene que ver con medidas claves: "Además del medio boleto que hay para los estudiantes, a los chicos más pobres les daría un boleto gratis".
  También Maite Segarra (15 años) cursa el polimodal, pero en el Colegio Cristóforo Colombo. "La escuela me gusta, es exigente. Si pudiera cambiar algo sería la forma en que se dictan algunas materias, porque la forma de darlas hace que las odiemos o por el contrario que nos gusten más", dice la alumna. Es que el vínculo estudiante profesor es uno de los puntos claves que atraviesa el nivel que antes ocupaba la vieja escuela secundaria, y que a pesar de reformas y transformaciones parecen persistir en debate.
  Maite considera que "el Gobierno mucho no hace por las escuelas”, y en todo caso si ella fuera parte del mismo "ayudaría a las escuelas públicas".
  Del grupo de los chicos y chicas entrevistados, Anahí Prucca es la más joven. Tiene 11 años y se prepara para iniciar el 7º año de la EGB en el Normal Nº 1. Aunque tiene más ganas de seguir de vacaciones que empezar las clases, Anahí reconoce que ira a su escuela no le disgusta. “Aprender te sirve para tener trabajo, socializarnos y relacionarnos con los demás", afirma. Dar más oportunidades de estudio es algo fundamental para ella. "Se trata de hacer más fáciles las cosas para que los alumnos puedan ingresar y estar en la escuela", piensa.
  "Me gusta el Poli, porque no nos llevamos tarea a casa, hacemos todo en la escuela", dice Manuel Odisio (de 13 años) que ingresó el año pasado al Instituto Politécnico (dependiente de la Universidad Nacional de Rosario). En su opinión, además de ser una obligación, pasar por la escuela sirve para aprender y también para pensar en una salida laboral.
  Más allá de que dependan del sistema educativo provincial o de la UNR, lo cierto es que Manuel, igual que sus compañeros entrevistados, acuerda en que "la situación del país debería cambiar, para que a nadie le falte una escuela".



Anahí, Guillermina, Esteban, Maite, Paula y Alejandro.
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