Año CXXXVI
 Nº 49.768
Rosario,
sábado  01 de
marzo de 2003
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Un cabo y un mecánico procesados por defraudar a un usuario de GNC
Se quedaron con el equipo del auto y el policía falsificó un acta para sostener que era robado. Después lo vendieron

María Laura Cicerchia / La Capital

Una hora y media permaneció el cabo Sandro Adrián Ojeda frente a una máquina de escribir de la comisaría 30ª redactando un acta el 4 de noviembre pasado. Esa actividad despertó la atención de sus compañeros por dos detalles: el agente nunca escribía a máquina y era su día franco de servicio. Cuando faltan pocos días para cumplirse cuatro meses de aquel hecho, Ojeda fue procesado por falsificar un acta de secuestro para estafar al propietario de un equipo de GNC con el fin de adueñarse de los tubos de gas. La resolución también alcanza al mecánico que debía colocar el equipo y fue cómplice del agente.
Los procesados son el cabo Ojeda, de 34 años, y el mecánico peruano Roger Lazo Ramos, de 30, quien había conocido al policía cuando estuvo detenido en la comisaría 14ª y el agente revistaba allí. El juez de Instrucción Nº 3, Luis María Caterina, procesó a ambos por el delito de defraudación y acusó al policía por falsificación de instrumento público. Otro mecánico, imputado inicialmente de comprar en forma ilegal el equipo robado por los procesados, fue desvinculado del caso al comprobarse que actuó de buena fe.
El equipo de GNC incluía un tubo mediano, un regulador y dos soportes de sujeción que Enrique Adrián Pagano pretendía instalar en su Renault 18. Para ello contrató a Lazo Ramos, quien se hizo cargo del trabajo bajo un presupuesto de 270 pesos y recibir 110 de adelanto.
Con el auto y el equipo en su taller, Lazo Ramos se contactó con Ojeda y le pidió que "le diera una mano para matarle el equipo a un cliente porque tenía un interesado", tal como lo admitió en su declaración indagatoria. Según Lazo Ramos, al policía "se le ocurrió la idea" de decirle a Pagano que el equipo era robado.
Entonces se trasladaron en el auto de la víctima hasta la comisaría 30ª, donde prestaba servicios el cabo Ojeda, de la cual éste se retiro una hora y media más tarde "con un papel escrito a máquina". Luego siguieron viaje hasta un taller de Colombia al 2100 donde el mecánico vendió el tubo robado a un colega. "Me lo vendió por 300 pesos y me dijo que era todo por derecha", reveló ese mecánico, Jorge Daniel Herrera, de 37 años, a quien el juez dictó la falta de mérito ante su acusación inicial de encubrimiento.
Al regresar a su taller Lazo Ramos encontró a Pagano, que había ido a retirar su vehículo. El mecánico le dijo a su cliente que el policía le había secuestrado el equipo de GNC porque era robado "y que había tenido que hacer un arreglito para que no lo secuestraran", según declaró.
"Al equipo no lo recuperás más", le dijo a Pagano el mecánico, quien le informó que los 110 pesos del adelanto los había usado para extorsionar al agente. Luego, ante sus ojos, entregó un cheque por 140 pesos. Por último, el agente exhibió a la víctima el acta de secuestro del equipo, con un texto que incluía groseros errores ortográficos.


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