Año CXXXVI
 Nº 49.741
Rosario,
domingo  02 de
febrero de 2003
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La EPE pierde al año 90 millones por hurto y problemas técnicos
Fuertes críticas a la conducción de la empresa

La Empresa Provincial de la Energía (EPE) tiene pérdidas en todo el territorio santafesino por un monto estimativo anual de cerca de 90 millones de pesos, lo que significa un porcentaje del 32 por ciento de lo que debería recaudar. Esta información, que surge del estudio realizado por expertos en el sistema energético nacional, revela que el 10 por ciento de estas pérdidas se debe a problemas técnicos y el 22 por ciento a robo o hurto de energía en todo el territorio provincial que se produce en las villas de emergencias y en los centros que se supone son de mayores recursos. La mayoría de los robos de energía se produce por conexiones subterráneas. Todas las personas consultadas por La Capital manifestaron su contrariedad a la "pobre y errada" gestión realizada por las autoridades de la EPE.
Precisamente el dossier al que tuvo acceso este medio hace hincapié, más que en las pérdidas de la empresa, en el "rotundo fracaso de las políticas" elaboradas por sus autoridades que por otro lado, y según parece, venden la energía más cara del país.
Y es cierto, los directivos de la EPE fracasaron en el proyecto de privatizar la empresa y también en la elaboración de políticas que tendieran a eficientizar la acción de la compañía, repudiada día tras día por los apagones, por las elevadas tarifas y por las pérdidas a que antes se hiciera mención y que terminan pagando los usuarios.
En lo que se refiere a hurto de energía, el informe sostiene que el 30 por ciento se produce en villas y el 70 por ciento restante corresponde a clientes industriales, comerciales y particulares. Es decir, un segmento que, en principio, podría pagar la tarifa. "En principio", se dice, porque no hay que olvidar que una gran parte de la pequeña y mediana empresa y un buen segmento de la clase media se está empobreciendo vertiginosamente (el último índice estadístico revelado hace pocas horas por el Indec y que tan mal cayó en el seno del gobierno revela datos alarmantes).
Siempre a partir de este 22 por ciento que la EPE pierde por hurto en toda la provincia, se logró determinar que a las ciudades de Santa Fe y Rosario corresponde un 40 por ciento y el 60 por ciento restante se distribuye en todo el territorio provincial. Específicamente en la ciudad de Rosario, logró detectarse que a la zona del macrocentro corresponde un 45 por ciento y un 55 por ciento al resto de la ciudad.
El dato revelador es que casi la totalidad del robo de energía se produce por "conexiones clandestinas subterráneas, difíciles de controlar". La pregunta es ¿quién tiene la capacidad de realizar estas conexiones clandestinas subterráneas? La respuesta parece obvia y en este esquema, tal vez con el propósito de deslindar responsabilidades, se ha expresado abiertamente hace tiempo que dentro de la empresa hay empleados infieles. Seguramente que esto puede que sea así ¿pero no hay niveles jerárquicos también responsables? ¿El jefe de un área puede desconocer lo que ocurre en su sector?
Lo cierto es que, cuanto menos, ninguna compañía seria mantendría en funciones a un encargado de sector ignorante de la realidad. Pero pretender agotar el problema en las responsabilidades de empleados y jefes sería una tremenda injusticia porque la responsabilidad más grande cuando una empresa fracasa la tienen quienes la conducen. Todos los sectores consultados advierten que la pérdida por problemas técnicos o el hurto de la energía es apenas la punta del iceberg del problema de la EPE. El problema mayor está en el fondo y es la falta de políticas adecuadas que no aplica la empresa porque sus autoridades, al parecer, no las elaboran.
Más de un año se perdió, con idas, venidas y controversias, en el proceso de privatización que fracasó y que seguramente le significó a la provincia gastos que terminaron pagando los contribuyentes. Se pretendió instalar la falacia de que la única manera de eficientizar a la EPE era privatizándola. "Las tarifas pueden bajar si se privatiza", se escuchó decir a las autoridades. Y no es así, las tarifas pueden bajar, se puede lograr mayor recaudación y mejorar a una empresa potencialmente rentable como la EPE si se dejan de seguir las recetas de ajuste que caracterizaron a los gobiernos de los últimos años.
"En el territorio santafesino -dice el informe que llegó a La Capital- paga lo mismo un usuario de Venado Tuerto, Rosario o Villa Guillermina", un hecho injusto que no ocurre en otras provincias. A propósito de ello dijo ayer un profesional a este diario que "si la EPE se municipalizara Binner estaría en condiciones de bajar el precio de las tarifas de energía al otro día, porque los costos para Rosario y para el sur provincial son sensiblemente inferiores".
Fracasada la privatización no se establecieron nuevas formas para modernizar la empresa. "La cogestión entre Estado y actividad privada, tan en boga en los países más desarrollados, tampoco fue tenida en cuenta por las autoridades de la EPE", dice el informe. Y esta sería una salida a la frustrada privatización: el paquete mayoritario de acciones quedaría en manos del Estado, que podría ceder el gerenciamiento a manos privadas con participación obrera. Pero estas y otras alternativas nunca fueron contempladas.
Lejos de ello, se sigue una línea que los usuarios definen como pésima: las tarifas se incrementan, el servicio decae, no hay inversiones y todos los sectores sociales protestan contra este modelo que sólo parece agradarle a las autoridades de la EPE.



Si fuera municipal tendría tarifas más bajas, afirman. (Foto: Hugo Ferreyra)
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