Año CXXXVI
 Nº 49.741
Rosario,
domingo  02 de
febrero de 2003
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Mercados: La agenda de febrero marca una suba de las tasas

Salvador Di Stefano

Para febrero se espera que la Corte Suprema de Justicia resuelva la redolarización o no de los depósitos. Con la vuelta a funcionar a pleno del Poder Judicial se espera que vuelvan las ejecuciones judiciales que hasta ahora estaban suspendidas, lo cual permitirá que retorne algo de crédito al mercado, algo que no existe desde hace mucho tiempo.
Como la Corte estaría a punto de fallar a favor de la redolarización de los depósitos, las entidades financieras se apuran a abrir el corralón pero difícilmente los ahorristas opten por sacar el dinero. Si bien muchos dirán que es mejor tener plata en mano, las posibilidades que ofrece la Justicia seguramente serán mejores.
Los amparos volverán con todo, máxime cuando los magistrados observan una voluntad firme por parte de los bancos en devolver depósitos y además se sabe que cuentan con la liquidez apropiada para enfrentar las demandas.
La agenda de febrero nos dice que los bancos podrían llegar a perder una buena dosis de liquidez por los amparos y que la Corte podría complicar a las entidades y al propio gobierno con la redolarización de los depósitos, lo cual implicaría una automática redolarización de los bonos de la deuda argentina que fue pesificada, como es el caso de Bonte y Proveedores.
Si bien la vuelta de las ejecuciones es una muy buena noticia para el sistema financiero, difícilmente se puedan llevar a la práctica. Ocurre que las entidades pretenden cobrar en efectivo y no en bienes, por lo cual se aproxima un período durante el cual se impondrá una ardua negociación entre las partes, estirando plazos y buscando cobrar el capital original como mínimo. Todo esto provocará iliquidez, con un Banco Central (BCRA) absorbiendo fondos a través de las Lebac.
La competencia entre los bancos y el Estado es muy negativa para la economía. Los bancos toman fondos en el mercado a una tasa de 15% anual para periodos no superiores a los 30 días y como el mercado no demanda fondos para financiar proyectos de inversión los recursos son colocados por los bancos en Letras del BCRA a plazos superiores a los 120 días y a tasas del 30% anual.
A prima facie esto parece un negocio brillante, ya que se compra dinero al 15% y se coloca al 30%, pero se crean varios problemas:
* En primer lugar se compra dinero a 30 días y se coloca a 120 días fijándose la tasa para dicho periodo. Así los bancos quedan descalzados ya que lo comprado a 30 días lo vendieron a 120. Por ende, todos los meses deben rendir un nuevo examen en el mercado y ante una suba de tasas corren el riesgo de salir derechos en un negocio que parecía brillante.
* En segundo lugar el sistema financiero argentino esta incubando el virus de la próxima crisis, ya que una vez más toma fondos de los particulares para prestárselo al Estado. El gobierno esta vez no hará una confiscación pero una devaluación del signo monetario podría licuar el ahorro de los particulares en pesos.
En conclusión, las entidades financieras están tomando un buen caudal de fondos de los particulares, y se los prestan al Estado para que financie su déficit. esto funciona en la medida que no haya retiro de depósitos y las utilidades se potencien, pero cuando se acerquen las elecciones y los inversores deseen pasar el periodo electoral en algún activo que les de más seguridad el retiro de fondos del sistema puede hacer que este negocio pierda rentabilidad, producto del descalce de plazos y la baja posibilidad de que el gobierno cancele sus compromisos.
Todo indica que en febrero se complicará y que marzo será la hora señalada, siempre y cuando haya elecciones en abril próximo.
Por último, la crisis financiera internacional cada vez afecta más a Latinoamérica. México, el mercado emergente más apetecible para los inversores internacionales, sufre una fuerte devaluación del peso y su bolsa se aproxima a los mínimos históricos. Brasil ha devaluado más de un 20% en los últimos meses y el riesgo país no se volvió a ubicar en los niveles preelectorales. En cambio, la moneda argentina se revaluó en los últimos meses, subió la Bolsa y crecieron los depósitos a plazo.
Resulta una paradoja que México y Brasil, dos países que no confiscaron a los ahorristas, pagan la deuda externa y cumplen con los requisitos que les imponen los organismos financieros internacionales vean devaluar su moneda, mientras que Argentina sin pagar deuda privada y pública y confiscando depósitos, violando contratos y pesificando ahorros y deudas, revalúe su signo monetario en un contexto internacional absolutamente hostil.
En Brasil un dólar equivale a 3,60 reales, pero en Argentina vale 3,30 pesos. De seguir esta política monetaria, Florianópolis estará más barata que Pinamar. Resulta increíble que el que honra sus deudas esté peor que quien no paga, más tarde o más temprano esto ajusta, vale la pena jugarle una fichita al dólar futuro.


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