Las figuritas de fútbol fueron presentadas tradicionalmente como un entretenimiento con algún propósito educativo. Entre 1940 y 1960 las colecciones incluyeron series que se referían a temas que -se suponía- podían aportar algún tipo de conocimiento. En la colección Gran Capitán (1946) había figuritas con temas de historia, geografía y ciencias naturales; Olimpia (1946) constaba de cuatro álbumes con figuritas de cuatro equipos distintos y figuritas de pájaros y animales. El espectacular álbum Gran Crack (1957) estaba destinado a 501 estampas de futbolistas, mapas provinciales, estrellas de cine y escudos de provincias argentinas. Las figuritas llegaron a mezclarse con la política: Cola (1951) incluía imágenes de Perón y Evita, entre las 302 de fútbol, automovilismo y campeones panamericanos que requería el álbum. Al margen del fútbol, otros deportes aparecieron representados en los pequeños cromos. Los sobres de Po-Po (1948) traían figuritas hexagonales de "las estrellas del fútbol argentino" y rectangulares con los "ases del automovilismo"; en Sport (1956) había próceres de la historia argentina, basketbolistas, automovilistas, boxeadores, ciclistas y, por supuesto, futbolistas. El álbum de Fulbito (1959) era también bastante variado: había figuritas de historia argentina, periodistas deportivos, automovilistas, basketbolistas, ajedrecistas y directores técnicos. Las colecciones de figuritas incluyeron también con frecuencia cuadros de historietas. El momento quizá más importante al respecto fue en la colección Súper fútbol (1971), que ofrecía cien cartones de "Platos voladores al ataque!!", con textos de Héctor Germán Oesterheld y dibujos de Alberto Breccia, dos de los realizadores más importantes de la historieta nacional.
| |