Año CXXXVI
 Nº 49.741
Rosario,
domingo  02 de
febrero de 2003
Min 23º
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Todo cuesta abajo en la rodada
Argentino mereció al menos empatar, pero cayó ante Armenio
Complicó su lucha por evitar el descenso

Rodolfo Montes / Ovación

La nueva camada salaíta que ayer dejó tres puntos en la cancha de Tristán Suárez puede seguir creyendo en desarrollar sus propias cualidades. Aunque la placa final con resultado adverso deje poco espacio para rescatar rendimientos individuales y colectivos, los pibes de Argentino jugaron un partido intenso, parejo en todas la líneas e incluso insinuaron vocación de liquidarlo a favor en varios pasajes.
Pero no tuvieron la fortaleza en la puntada final, ni la suerte necesaria y perdieron, tal vez sin merecerlo, con un golazo de tiro libre a un ángulo. Campestrini, al que no le caben responsabilidades en el gol, había cometido y luego atajado un penal. Y en la jugada menos pensada, la tuvo que ir a buscar adentro.
Deportivo Armenio presionó desde el inicio del partido, buscando llegarle por los laterales, sobre todo el izquierdo.
Así se fue medio partido, todos con sus marcas -de ambos lados-, ordenados, atentos, anticipando, bloqueando. Apenas quedó para rescatar, por el lado de los desequilibrios ofensivos, el pelotazo de 30 metros con el que sorprendió uno de los destacados de Argentino: el volante Jorge García. Y otro que asoma como figura, Sebastián Amaya, tuvo una escapada en velocidad que le bloquearon cuando pareció que podía convertir.
En la segunda mitad se soltaron. Sobre los 22 minutos, el 9 local pateó al arco, mordiendo el balón, y le salió una habilitación perfecta para Marcelo Vieytes, que ante la salida de Campestrini quiso cruzar la pelota y falló. Pero tuvo fortuna, porque el arquero visitante lo terminó derribando. Y el árbitro dijo penal. Luego, el ex arquero de Central, lo atajó bien, abajo, a su derecha. En ese instante el partido entró en climax. Cinco minutos después el arbitro le otorgó una falta dudosa al local. Y el recién ingresado Raúl Ruiz colocó el balón en el ángulo del primer palo. Golazo. De ahí en más, hubo 20 minutos de pulsaciones aceleradas. Armenio se retrasó y Argentino se le fue a las barbas. Generó tres situaciones clarísimas que no supo concretar.
Argentino se quedó sin el punto que, como mínimo, mereció. Y ruega que llegue pronto el próximo partido para poder expresar en la placa el conjunto de cualidades individuales y colectivas que asomaron ayer. Al menos para pelearla, y especular con quedarse en la categoría.


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