Acabo de volver de Córdoba maravillado por las hermosas obras que se han realizado en la circunvalación de la ciudad. Nada tienen que envidiar a los accesos de las ciudades brasileñas o europeas. Mientras tanto qué pasa con nuestra avenida de Circunvalación. Es un símbolo de la degradación, un corsé de cemento casi en el centro de Rosario, intransitable y cada día más deteriorado. Qué pasa con nuestros gobernantes, especialmente los provinciales que son los que deberían realizar las gestiones ante el gobierno nacional. Cuando se sientan a negociar coparticipaciones y esas cosas, los cordobeses seguramente dicen: bueno, aflojamos aquí, cedemos allá, pero ojo, nos terminan esta obra. Sean radicales, que gobernaron un buen número de años, o peronistas que gobernaron los restantes, ante todo son cordobeses. En cambio los nuestros no obtienen nada. Siempre ponen. Quién les enseñó a negociar. Sean lo que sean, ante que nada son bobos. Aunque bueno es decirlo, desde 1983 para acá la provincia siempre fue gobernada por peronistas, que, como lo han demostrado acabadamente, lo que dicen con más tesón es no.
Francisco della Rovere
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La Ciudad
