Año CXXXVI
 Nº 49.737
Rosario,
miércoles  29 de
enero de 2003
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Cuando el hospital se convierte en hogar
Profesionales rosarinos proponen alternativas para los enfermos mentales que llevan internados más de 10 años

María Laura Favarel / La Capital

El puesto de flores y plantas ubicado en la esquina de Santa Fe y Suipacha es el puntapié inicial de un novedoso proyecto del Centro Regional de Salud Mental Dr. Agudo Avila, destinado a ofrecer una propuesta a los pacientes con largos períodos de internación.
Esto, junto con las visitas domiciliarias, los recorridos barriales y los talleres artísticos son algunas de las experiencias elaboradas luego de un exhaustivo estudio acerca de la situación de los pacientes con más de 10 años de internación. Conocer el perfil de las personas allí alojadas permitió esbozar un nuevo plan de trabajo que apunta a la recuperación de la autonomía y la reinserción en la sociedad.
El estudio sobre el perfil de los pacientes surgió de la dirección de la institución. "El Suipacha llegó al límite", expresó el psicólogo Eduardo Mutazzi, uno de los investigadores. "De las 72 camas con que cuenta, 40 están ocupadas por pacientes estables que llevan muchos años internados. Se trata de personas que por distintas causas se distanciaron de sus familiares o perdieron los vínculos sociales, además de carecer de posibilidades económicas de vivir en otro lugar", señaló Mutazzi a La Capital. El estudio se efectuó entre agosto y octubre del año pasado.
El trabajo llevado a cabo por Mutazzi, junto a los trabajadores sociales José Alberdi, Laura Coll y Eleonora Vismara demostró que existen dos grupos diferenciados: uno de ellos, conformado por personas que fueron internadas antes de la década del 80 y aún continúan en la institución, mientras que el otro se define como "revolving door" o puerta giratoria y está formado por quienes se internaron por un tiempo, después de los 90, pero "siempre están volviendo", explicaron los expertos.
A modo de propuesta los profesionales sugieren que es necesario generar alternativas al manicomio, "para que la internación no se transforme en un riesgo a medida que pasan los días". Según los especialistas "una persona que pasa mucho tiempo internada de a poco pierde los lazos sociales, los vínculos familiares, las posibilidades laborales y la autonomía". Esto no contribuye a su reinserción en la sociedad. Al mismo tiempo sostienen que "el hospital psiquiátrico fue diseñado para tratar las crisis o brotes temporales y no para las largas internaciones".

Falta de vivienda y familia
La investigación demuestra que las personas con largos años de internación en el "Suipacha" se encuentran en un estado de exclusión total por la falta de casa, familia y trabajo. A la vez, se trata de personas de bajo nivel económico.
En cuanto a las causas que motivaron la internación, el estudio demuestra que algunos fueron hospitalizados por marginación social, aunque no padecían ninguna afección psiquiátrica. "Llegan porque están en la calle y tal vez algún vecino los denuncia. Una vez internado, al no tener casa, familia, ni amigos, queda para siempre", explicó Laura Coll.
Entre los internados se pueden distinguir tres tipos de poblaciones: \* Tercera edad: en algún momento sufrieron un problema psiquiátrico pero, por la institucionalización, por la edad y el tiempo que llevan internados están estabilizados. Sin embargo, no tienen posibilidades de ser externados porque no tienen dónde ir.
* Neuróticos y psicóticos: grupo con problemas subjetivos pero por la larga institucionalización perdieron la posibilidad de autosustentarse fuera del hospital. Además, cargan con el estigma de haber estado internados y perdieron su oficio por el tiempo que llevan sin trabajar. En general carecen de obra social y de recursos familiares para mantenerse. Demandan un cuidado intensivo. Este es el grupo de "puerta giratoria" que surgió en los últimos 10 años. Según los investigadores en este grupo se dan las mayores posibilidades de trabajo para la externación de mediano y largo plazo. Si existieran pensiones o residencias adonde ellos pudieron ir, están capacitados para generar trabajos o alguna actividad remunerativa. Es necesario reeducarlos para que puedan vivir solos.
* Moradores: es el tercer grupo formado por aquellos con más tiempo de internación, sin contacto familiar, ni posibilidades de ser insertados en la sociedad. Es gente de la calle con extremados escasos recursos.

Propuestas a futuro
El relevamiento efectuado por los profesionales del Agudo Avila propone tareas para realizar con los pacientes, con el fin de lograr la reinserción social, la externación, el autovalimiento y el reconocimiento de los derechos como ciudadanos. "Para que esto sea una realidad es necesaria una política en salud mental y la reglamentación de la ley Nº 10772, que ya tiene 11 años, en la cual se recomienda la creación de alternativas al manicomio", dijeron.
El primer paso tras la investigación fue la formación de un equipo interdisciplinario, integrado por trabajadores sociales, psicólogos, psiquiatras y enfermeros del hospital, destinado a diseñar acciones conjuntas para apuntalar a los pacientes. Una de ellas es acompañarlos hasta el barrio donde vivían antes de ser internalizados. "Se trata de que descubran alguna actividad que realizaban en el barrio para que recuperen su oficio", explicó la trabajadora social.
Otro ejemplo de resocialización es la instalación del puesto de flores y plantines, donde trabajan cuatro pacientes de la institución. "En lugar de manguear tienen un trabajo. Venden plantines, algunos de ellos comprados y otros cultivados en los jardines del hospital", comentó Mutazzi.
El psicólogo del equipo interdisciplinario agregó que también animan a los pacientes a "recorrer la ciudad, a pasear y comenzar a buscar trabajo de manera que recuperen su autonomía y sus derechos ciudadanos".
Otra de las actividades en marcha son los talleres de expresión, que funcionan como herramienta terapéutica. Esto se realiza en el centro de día y en el centro cultural abierto a la comunidad.
Los profesionales abocados a la novedosa experiencia exploran también otros campos para lograr la reinserción siguiendo las pautas del modelo italiano que posee centros comunitarios de salud mental, con pocas camas para las breves internaciones. La experiencia europea propone la creación de cooperativas de trabajo en las cuales los enfermos mentales comparten sus actividades con otras personas.
Los miembros del equipo explicaron que esto recién empieza. "La investigación fue el puntapié inicial para profundizar en los problemas que presenta la salud mental en Rosario y una forma de proponer nuevas ideas", dijeron.



Algunos pierden los lazos sociales y la autonomía.
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