Año CXXXVI
 Nº 49.714
Rosario,
lunes  06 de
enero de 2003
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Abandono. Vecinalistas denuncian que el estado de Rosario es deplorable
El transporte, los baches y la falta de limpieza suman críticas en la ciudad
Los pozos se reproducen en las calles, no hay escamonda ni desmalezamiento. Proliferan los basurales

"El estado de la ciudad es deplorable". El concepto parece multiplicarse entre vecinos y representantes de instituciones barriales de distintos puntos de Rosario. Baches que se reproducen en cada cuadra, basura diseminada en las veredas, zanjas sin mantenimiento y un transporte "desastroso" son las postales rosarinas que coleccionan más cuestionamientos.
"Rosario. La mejor ciudad para vivir", reza el cartel electrónico y luminoso ubicado frente al Monumento Nacional a la Bandera, instalado hace algo más de dos años por el gobierno del intendente Hermes Binner. Pero las críticas lanzadas por los vecinos no coinciden tanto con esa propaganda.
Los reclamos por las deficiencias del transporte son una constante. Colectivos sucios, en mal estado, con servicios que incumplen las frecuencias, y coches que ahogan con un espeso humo negro a quienes transitan por las veredas son moneda corriente.
Pero esas no son las únicas críticas que lanza la gente contra los colectivos. Los recorridos "están mal diseñados", apuntó Liliana Gómez, secretaria de la vecinal Nuevo Alberdi Oeste, quien explicó que la gente de ese barrio, viviendo apenas a unas 30 cuadras de La Florida, debe subirse a dos ómnibus para poder llegar hasta el balneario.
A eso se agregan los temores de Alicia Núñez, de la vecinal 20 de Junio. "Hay rumores de que la línea 101 podría dejar de prestar servicio", dijo, al tiempo que remarcó que si eso ocurre "mucha gente de la zona noroeste quedará aislada".
Claro que los colectivos no son el único blanco al que se le disparan críticas. Los pozos que se multiplican por toda la ciudad generan el reclamo reiterado de automovilistas y peatones.
"Acá no tenemos pozos, ya son cráteres", ironizó la secretaria de la vecinal Florida Norte, Silvia Giacobbe, e inmediatamente recordó que en Maestro Mazza al 500 "hay un bache tan profundo que ya se le ven los hierros del hormigón". Pero señaló que el deterioro se viene produciendo hace cuatro años. "Los frentistas pagaron la obra de pavimentación y fue muy cara. Ahora la Municipalidad ni siquiera hace el más mínimo mantenimiento", recalcó.
El barrio Cristalería también amanece cada día con un pozo nuevo. "La calle Sánchez Granel está minada", describió Gómez, quien dijo que muchas de las arterias del sector están "intransitables".
Pero los vecinos de ese punto de la ciudad tienen preocupaciones adicionales. Con cada lluvia intensa, crece el temor al desborde del arroyo Ibarlucea. "Ese peligro siempre está latente", afirmó, tras remarcar que se hicieron "cientos de reclamos ante la Municipalidad y la provincia, pero todo cayó en saco roto".
De las veredas destrozadas pueden dar cuenta los vecinos de Tucumán al 1600, por ejemplo, donde faltan las baldosas de toda una esquina.
La falta de desmalezamiento también se advierte fácilmente. Y de eso tienen mucho que decir los habitantes de Callao al 3400, donde la maleza supera el metro. También los parques y las plazas sufren por estas horas la crecida de los yuyos, a pesar de que en un momento Jefas y Jefes de Hogar se habían puesto manos a la obra para mantenerlos (ver página 10).
Parques y Paseos colecciona críticas. "Las podas y las escamondas son un problema permanente", dijo Núñez, de la zona de Circunvalación, Juan José Paso, Provincias Unidas y las vías del ferrocarril. Esa dirección tampoco goza de buena reputación en la vecinal Florida Norte. Giacobbe señaló que "Parques y Paseos no atiende los reclamos que se le presentan", y denunció que la plaza Ovidio Lagos hace años que está abandonada, las plantas se van secando y no tienen mantenimiento las veredas. Esa dependencia deja dormir durante años los reclamos de los vecinos de toda la ciudad, algo de lo que La Capital ha dado cuenta en sus páginas.
El zanjeo también "pasó a ser un recuerdo", dijo Gómez, quien coincidió en ese sentido con Núñez de la zona noroeste. Ambas remarcaron que la falta de tareas en las zanjas provoca el estancamiento de las aguas, la proliferación de mosquitos y la multiplicación de las enfermedades.
"El abandono no es sólo en un barrio, sino que se ve claramente en toda la ciudad", resumió la secretaria de la vecinal Nuevo Alberdi.



El montículo de residuos es parte del paisaje.
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Basurales en medio de la vía pública
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