Año CXXXVI
 Nº 49.703
Rosario,
jueves  26 de
diciembre de 2002
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Guiño para el FMI, que reclama una liberación total de la plaza cambiaria
El Banco Central deja de operar en el mercado minorista del dólar
Los precios desregulados ya estaban por debajo de los transados por la autoridad monetaria

El mercado cambiario argentino queda unificado a partir de hoy al entrar en vigencia una decisión del Banco Central de suspender la operatoria de compraventa de divisas por su cuenta y orden. De ese modo, en el tramo minorista el precio del billete verde queda regulado por la oferta y la demanda. La suspensión ordenada por el flamante presidente del Central, Alfonso Prat Gay, en rigor su primer decisión de importancia, no causó gran revuelo en la city, donde el mercado libre ya ofrecía valores más ventajosos que el regulado, y este último operaba además en volúmenes muy reducidos.
El martes por la la tarde, después de una jornada muy tranquila para el dólar, el Central dio a conocer la circular B 7657, a través de la cual estableció que "a partir del 26 de diciembre de 2002 inclusive se suspende la operatoria de compra y venta de billetes dólares estadounidenses por cuenta y orden del Banco Central, reglamentada por la Comunicación B 7174 y sus modificatorias y complementarias".
La cotización promedio del billete norteamericano en las pizarras de las agencias de cambio y bancos del microcentro cerró el martes sin variantes, en 3,43 pesos para la compra y 3,49 para la venta.
Lo mismo sucedió con el valor exhibido en las entidades que operaban por cuenta y orden del Banco Central, que cerraron su ciclo de cerca de diez meses de vigencia con una cotización de 3,42 pesos para la compra y 3,50 pesos para la venta.
La magnitud de las operaciones en las vísperas de Navidad fue exigua: para atender la demanda de las entidades que despachaban dentro de su órbita, el Central sólo debió asignar una partida de 100 mil dólares, de los 19,5 millones que liquidaron los exportadores.
Justamente por esa reducción en volumen y frente al hecho de que en las últimas dos ruedas los valores "por cuenta y orden" eran menos convenientes que los libres (se pagaba menos a quien vendía y se cobraba más a quien compraba), el Central dejó a los minoristas en manos de las agencias y bancos que se fondean con recursos propios. En la ciudad de Rosario, vendían por cuenta del BCRA los bancos Municipal y Suquía.
La medida fue posible en parte, por la recuperación del nivel de reservas del Central, actualmente en un número cercano a los 10.300 millones de dólares.
Así, con el dólar estabilizándose en sus menores valores de los últimos siete meses, la autoridad monetaria decidió terminar con la dualidad en el mercado y hacerle un guiño favorable al Fondo Monetario Internacional (FMI), que desde enero viene reclamando que se elimine toda intervención en el valor de la divisa.

Las regulaciones que siguen
El Banco Central seguirá de todos modos operando en el mercado mayorista tal como lo hizo hasta ahora, reservándose la facultad de intervenir en la plaza cuando lo considere necesario. Más allá de estas intervenciones, se mantienen fuertes regulaciones sobre todo el sistema, en base al control de cambios, la obligación de liquidar divisas en el país, y los límites en la compra de billetes para las personas físicas y jurídicas.
Aún así, el gesto de unificar el segmento minorista sirve al gobierno para poner una carta más sobre la mesa de negociaciones con el FMI, que según voceros oficiales podrían destrabarse después de la primer semana de enero.
Por otra parte, también incidió a la hora de tomar la decisión la intención de controlar la emisión de pesos necesaria para abastecer al mercado después de cada intervención. Con estos procedimientos el Banco Central había logrado que sus reservas se incrementaran, pero también se incrementó el circulante en pesos.
Además, el propio Prat Gay manifestó públicamente que el dólar debería bajar, y hasta habló de valores en torno a los 2,80 pesos, cifra que luego fue desestimada por el propio ministro de Economía, Roberto Lavagna, quien se pronunció en favor de un cambio alto de aproximadamente 3,50 pesos por unidad.
El jefe del Palacio de Hacienda defendió su postura diciendo que el tipo de cambio alto permitirá evitar las fluctuaciones bruscas. Por otra parte, esa paridad le asegura al fisco cuantiosos ingresos por la retención sobre las exportaciones.
El Central había creado la operatoria por cuenta y orden como una forma de intervenir en el mercado minorista y así evitar distorsiones y una diferencia demasiado grande respecto del precio mayorista de la divisa.
Su entrada en vigencia se había producido después de que el gobierno desistiera de mantener un tipo de cambio dual, con el oficial fijo en 1,40 y el libre acompañando el pulso del mercado.



Con Prat Gay, el BCRA sigue con el control de cambio.
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