Año CXXXVI
 Nº 49.703
Rosario,
jueves  26 de
diciembre de 2002
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cartas
Un reclamo de autoridad y orden

La reciente elección de las nuevas autoridades del Concejo Municipal sirvió para esclarecer de una buena vez quién es quién entre los concejales que decían representar al Partido Justicialista en nuestra ciudad. Bueno, el hecho ya aconteció, y si bien no me sorprendió, abofetea a toda la comunidad. No me asombra porque el cabecilla de este grupo de cipayos siempre demostró ser un digno émulo de uno de los personajes creados por Maquiavelo, "Trepador imparable". Injurió a cuantas personas quiso, desde el líder del mayor movimiento de América hasta la abanderada de los humildes, y a candidatos justicialistas. Con su clásico estilo de fiscal ciudadano amagó reiteradas veces con denunciar escándalos. Confío en que las autoridades de mi querido Partido Justicialista sancionen de manera ejemplar esta inconducta, que tengan presente que no tienen votos propios, fueron electos porque integraron la lista sábana. Espero que esta vez el consejo provincial asuma el rol de autoridad máxima en todo momento. Y así imponga a cada legislador y concejal que son solamente delegados del partido que los llevó a la función. Pienso que sólo con el consentimiento de la autoridad partidaria podrá separarse del bloque. Y que ante los proyectos de trascendencia deberá considerar la opinión de los profesionales en el tema del partido. Podré acarrearme de enemigos oportunistas, pero creo que es el partido quien debe regir la política. Que asuman no sólo los legisladores, sino el propio Ejecutivo, y no dejen todo librado al criterio o conveniencia de sus subordinados.
Edmundo Fernández


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