Año CXXXVI
 Nº 49.701
Rosario,
domingo  22 de
diciembre de 2002
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Dos lesionadas tras un nuevo ataque del Loco de la Escopeta
El supuesto tirador disparó contra un coche de la línea 102 en avenida Alberdi y Vélez Sarsfield

"El día que maten a alguien no me gustaría estar en el uniforme del comisario de la zona". Un oficial de la Unidad Regional II describió con esas palabras el malestar que existe en la policía rosarina tras conocerse ayer un nuevo ataque a perdigonadas contra un ómnibus de pasajeros y que dejó como saldo dos pasajeras con lesiones leves. Sucedió en plena mañana en una de las esquinas más transitadas de la zona norte, avenida Alberdi y Vélez Sársfield, y como en tantos otros casos ocurridos en diversos puntos de la ciudad en los últimos años, ningún testigo pudo aportar un dato concreto de importancia para la policía.
Ocurrió a las 9. El interno 234 de la línea 102, perteneciente a la empresa Rosario Bus, circulaba por Alberdi por el carril en sentido norte sur. Al frente del volante estaba Héctor Soto y en interior del micro viajaban alrededor de 40 personas. El maniático que tiene desvelada a la policía desde hace casi diez años atacó poco después de que el chofer se detuviera frente al semáforo de Vélez Sarsfield. El colectivero aparcó sobre la mano izquierda del carril de circulación, es decir que se detuvo a escasos centímetros del cantero central.
Cuando todavía la luz del semáforo estaba en color rojo, Soto escuchó el ruido seco del estallido de una ventanilla y de inmediato el griterío de la gente que viajaba. Unos perdigones perforaron la parte inferior de la cuarta ventanilla del lateral izquierdo del rodado y alcanzaron a dos mujeres que viajaban paradas, según indicaron ayer fuentes policiales.
Al percatarse de que había personas lastimadas, Soto puso en marcha el vehículo para intentar estacionar al lado del cordón. Pero en ese momento realizó una imprevista y brusca frenada. Eso generó un incidente con el conductor de una camioneta Saveiro que casi se lleva por delante el colectivo por la repentina detención. Soto bajó de su asiento y cuando pedía auxilio en la vereda fue increpado y golpeado por el hombre que casi se incrusta debajo del ómnibus.
Las mujeres lesionadas son Marcela Monzón, de 33 años, quien recibió varias esquirlas en la espalda, y María Fernanda Camillioni, de 31, quien sufrió lastimaduras en la nuca por los plomos y los cristales.
En el interior del rodado, los peritos policiales encontraron cuatro fragmentos de perdigones de escopeta y de acuerdo a la primera inspección la trayectoria del disparo fue ascendente, lo que indicaría que fue efectuado de abajo hacia arriba y desde un vehículo en movimiento. Un dato que llamó la atención fue que nadie escuchó el estampido de un arma de fuego sino directamente el ruido de la rotura del cristal.
Un vocero de la 8ª brindó una teoría inédita hasta el momento. "Puede ser que esta vez hayan utilizado una tumbera porque es un arma casera que hace ruido cuando se la activa", opinó. Pero esa versión se contrapone con la de pasajeros del micro quienes aseguraron haber escuchado una fuerte explosión.
Si bien la mayoría de los escopetazos se han registrado en la zona oeste, principalmente en jurisdicción de las seccionales 14ª y 6ª, también se produjeron en el corredor norte conformado por las comisarías 8ª, 9ª y 10ª. Cuando faltan pocos días para que finalice el año, los casos atribuidos al Loco de la escopeta ascienden a siete en 2002.


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