Año CXXXVI
 Nº 49.695
Rosario,
lunes  16 de
diciembre de 2002
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Los industriales esperan "más nacionalismo" en Brasil
"Lula sabe que no tiene mucho espacio para hacer locuras"
El jefe de los empresarios de Curitiba explicó el acercamiento entre el líder del PT y los hombres de negocios

Claudio Berón / La Capital

A principios de octubre, Lula visitó Porto Alegre en el marco de la campaña presidencial. El Estado es un enclave fundamental del PT y allí el futuro presidente se entrevistó con los principales líderes empresarios. Lejos del apoyo, los encuentros fueron tensos, a tal punto que los presidentes de dos importantes federaciones comerciales e industriales boicotearon las reuniones. Los empresarios del poderoso sur brasileño le recriminaron, entre otras cosas, aspectos de la gestión del partido en el gobierno de Río Grande, como el fracaso de las negociaciones por la radicación de una planta de la automotriz Ford, que se terminó instalando en Bahía.
Tras la victoria de Lula en las elecciones y sus primeros pasos como presidente electo, las cosas parecen haber cambiado. Los empresarios de los ricos estados de Paraná, Río Grande do Sul y Santa Catarina, aceptaron que el presidente es un hombre que se formó ideológicamente en la izquierda pero también saben que el Partido Trabalhista 2002 no es muy parecido al que viene peleando elecciones municipales y estaduales desde hace 10 años.
Jefferson Nogaroli, presidente de la Federación de Asociaciones Comerciales e Industriales de Curitiba, se mostró esperanzado de que el gobierno petista asuma un perfil "más nacionalista" que el de Fernando Henrique Cardoso y aseguró: "El PT no tiene espacio para hacer locuras".
-A principios de octubre Lula sufría cierto rechazo en los empresarios del sur del país. ¿Cambió esta perspectiva al convertirse en presidente?
-La administración petista de Porto Alegre no fue bien vista. Las asociaciones de empresarios hicieron una campaña para evitar el voto a favor del PT y el caso más importante fue el vacío que se le hizo a la Ford en su momento. Esto trajo rispideces pero el PT es un partido con muchas facetas y los dirigentes que integran sus filas a veces son más importantes que los lineamientos partidarios. En Curitiba no hemos tenido problemas e inclusive tenemos un diálogo permanente con los dirigentes.
-¿Cómo toma el empresariado del sur las propuestas del PT de terminar con el hambre en el centro y nordeste de Brasil? - Brasil es un país conformado por varios países. El nordeste es una cosa, el sur otra. Sin embargo hay un consenso de unidad nacional. Evidentemente el sur es más rico que el norte y a mí no me molesta que el gobierno, con los impuestos que nosotros pagamos, implemente el plan de Hambre Cero. Hay que trabajar para que todos estemos bien, con responsabilidad social.
-Los empresarios normalmente se quejan de las cargas impositivas.
-Las recaudaciones deben ser bien utilizadas, transparentes. En nuestro país existió la industria de la sequía o del hambre. En esos planes sociales la plata pasaba por muchas manos y siempre algo quedaba en los bolsillos de los funcionarios. Es hora de que esos programas se ejecuten, es una vergüenza que un país como Brasil tenga gente con hambre.
-¿Qué idea les transmitió Lula sobre su gestión?
-La idea que tenemos es que el de Lula será un gobierno con una visión social. Los medianos y pequeños empresarios tienen esperanza porque el PT va a plantear una administración más nacionalista, no como Cardoso, que privilegió el capital extranjero. En este momento la gente ve que el PT tiene mucho que hacer y si quiere hacer locuras no hay espacio. Están poniendo gente capacitada en esta etapa de transición hasta enero. El futuro presidente está haciendo un diálogo con todos y esto da una tranquilidad para las clases empresariales. Todos tenemos que apoyar las reformas que hay que hacer.
-¿Entonces Lula es apoyado por los empresarios?
-Muchos empresarios de gran porte están apoyando a Lula. Sobre todo en San Pablo, donde hay una gran frustración del capital nacional porque hay grupos extranjeros que compran nuestras empresas estatales con dinero del banco estatal de desarrollo. Por ejemplo Embratel, que debe mucho al banco y fue comprado por grupos extranjeros. Lula tiene una línea más nacionalista y la prioridad son las relaciones con el Mercosur.
-¿El rumbo de los países de la región es el Mercosur?
-Hay una oportunidad histórica para el Mercosur. Después de las crisis nuestras monedas están ajustadas, y con disciplina se pude estructurar una moneda única. Es el momento de hacer una unión aduanera. Las economías son complementarias.



Jefferson Nogaroli, jefe de los empresarios de Curitiba.
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