Año CXXXVI
 Nº 49.695
Rosario,
lunes  16 de
diciembre de 2002
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Confirmado: ellos siempre quieren tener sexo mientras ellas rara vez
Un estudio de la Universidad de Hamburgo asegura que sólo existe coincidencia al principio de una relación

Cuanto más dura una relación amorosa, más difieren los intereses sexuales del hombre y la mujer: este patrón de evolución del deseo no proviene de un clisé, sino que se desprende de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Hamburgo que divulgará la revista "Psychologie Heute". De acuerdo con los resultados de las pesquisas del equipo bajo la dirección del psicólogo Dietrich Klusmann, el sexo satisface en igual medida a ambas partes sólo al principio de una relación. "Posteriormente decae la satisfacción erótica y se instala la célebre brecha del deseo entre los sexos: él quiere siempre, ella rara vez", señala la revista sobre el estudio en su próxima edición de enero.
Klusmann consultó a 1.865 estudiantes de ambos sexos de 15 universidades alemanas. Los participantes en el estudio tenían entre 19 y 32 años, eran heterosexuales y tenían una pareja estable. Mientras que dos tercios de los que recién se habían enamorado dijeron haber hecho el amor más de siete veces en las últimas cuatro semanas, el cuadro era diverso en el caso de los que llevaban más tiempo juntos. Sólo un tercio de los estudiantes que salían hace más de tres años alcanzó esa cuota.
"En igual medida decreció la satisfacción. Mientras que un 41 por ciento de los hombres y un 46 por ciento de las mujeres consideraban su vida sexual muy satisfactoria en el primer año de relación, tras el tercero eran sólo 23 por ciento de los hombres y 27 por ciento de las mujeres los que lo veían de este modo", indica el estudio.
Asimismo, las respuestas mostraron que el deseo decayó únicamente en las mujeres. En el primer año, 65 por ciento de las mujeres y 76 por ciento de los hombres indicaron haber tenido ganas por lo menos con la misma frecuencia que su compañero.
Por el contrario, en el caso de las relaciones de data más larga, 76 por ciento de los hombres se definían como parte por lo menos igualmente activa, mientras que sólo el 26 por ciento de las mujeres.
El investigador hamburgués ofrece una explicación desde el punto de vista de la psicología evolutiva para las divergencias en la evolución del deseo: "Los hombres se aseguran el éxito reproductor al hacer feliz a la mujer con altas cantidades de esperma. En contrapartida, para las mujeres la sexualidad está ante todo al servicio del vínculo. Y por ello rige la premisa de que al principio, cuando el vínculo es inestable, hay que invertir mucho deseo. Más tarde, cuando la mujer está segura de tener en la mano al compañero, basta con un par de arrumacos esporádicos que ahorran energía".



(Ilustración: Héctor Beas)
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