Año CXXXVI
 Nº 49.689
Rosario,
miércoles  11 de
diciembre de 2002
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Ingreso irrestricto, autonomía y financiamiento son algunos de los ejes de la charla
Los tabúes de la universidad pública
Mariano Naradowski, doctor en educación reflexiona sobre distintos temas que hacen al debate

Fabiana Monti / La Capital

La decisión de establecer un cupo en el ingreso a la Facultad de Medicina de Rosario abrió el debate acerca de uno de los temas tabúes de la universidad pública. Este tema y otros tantos como el financiamiento, el nivel académico, la autonomía universitaria, a quiénes se forma y para qué, son analizados por Mariano Narodowski, doctor en educación y vicerector de la Universidad Nacional de Quilmes en Buenos Aires. El catedrático da su punto de vista sobre la educación superior "libre y gratuita", cuestionando algunos mitos, que son discutidos, puertas hacia adentro para pensar un nuevo modelo de universidad.
-¿Qué opinión le merece el establecimiento de cupos en la educación superior?
-En la mayoría de las universidades argentinas hay ingreso irrestricto y según estudios realizados, el porcentaje de egresados es del 19% y la mayoría son estudiantes de ingreso medio o alto. Lo que hace la universidad es dejarlos entrar y después echarlos. En todas las universidades del mundo hay cupos para entrar. Aquí habría que pensar cuál es el sistema ideal y qué pasa con los que no entran. Para ello habría que montar una idea de educación superior de alta calidad, con tecnología y con comunicación para que contenga a aquellos que no pueden ingresar. Hoy estamos bajando el nivel para dar una cobertura que es hipócrita.
-¿Sería necesaria una política de becas?
-En la actualidad, hay una retórica de la defensa de lo público que no se traduce en acciones concretas. La mayoría de las becas son excepcionales y el manejo de los recursos en muy malo. Como sucede en otros países del mundo, deberían existir las ayudas, evaluando el rendimiento académico del alumno.
-¿Cómo piensa el tema del financiamiento universitario?
-Las universidades deben seguir reclamando al Estado para que las financie, pero no es sólo un problema de triplicar presupuesto sino de administrar los recursos. En las instituciones grandes, el 80% de los docentes ganan menos de 100 pesos y el resto trabaja ad honórem. Si se aumenta un 300%, pasarían a ganar 300 pesos y no tendrían demasiada implicancia en sus bolsillos. El tema es cómo se realizan las reformas estructurales.
-¿El perfil de servicios es una alternativa para obtener recursos?
-El financiamiento de la universidad no debe estar basado en la venta de servicios pero de todos modos creo que si no lo hace como institución, lo hacen los profesores o investigadores a nivel individual. Hay que ver cómo se aprovecha eso en forma colectiva pero insisto, con el estado dando recursos.
-Una docente señaló que en la actualidad se les exige como en Cambridge pero con los sueldos de una república bananera. ¿Sintetiza esta idea la realidad de los profesores?
-No creo que haya exigencias como en Cambridge ya que en distintas partes del mundo para ser titular de una cátedra hay que estar doctorado. Las exigencias más bien tienen que ver con incentivar un mercado de los posgrados, que no se traduce en un mejoramiento académico.
-¿Se ha deteriorado el nivel académico?
-No, el nivel se mantiene gracias el esfuerzo individual. Es superior a la media de las universidades privadas que están ganando terreno que nosotros estamos dejando libre. La pregunta es cómo hacemos para que lo bueno que se da en lo micro se traslade a lo macro.
-¿La autonomía de la universidad es sólo un concepto o es una realidad?
-Hay instituciones que han avanzando mucho en ese tema. Creo que es una de las más extendidas que hay. De todos modos creo, que la cuestión universitaria es muy importante para dejarlo solo en mano de los universitarios. Deben dar cuenta de lo que hacen a la sociedad.
-¿La universidad está integrada a la sociedad?
-Existe una enorme desconexión con la sociedad, con el mundo del trabajo. Desde las instituciones, a no ser desde lugares particulares,no ha salido ninguna respuesta adecuada a la crisis, por ejemplo. Estamos más bien pensando en cuestiones internas, en cómo resolver nuestra metodologías y tengo miedo que en algún momento la sociedad se aburra de nosotros.
-¿Cuál debe ser para el rol de la universidad pública y qué cambios deben gestarse?
-Su rol debe ser de avanzada en el pensamiento científico y en la capacidad de dar respuestas a las demandas de la sociedad. Los universitarios nos tenemos que poner de acuerdo para dejar el sistema de cátedras -que casi no existe en otros países-, en cómo apoyar a los docentes que más trabajen, en cómo becar a los alumnos, cómo hacer que los estudiantes más pobres se gradúen y una política para que los sectores más débiles puedan ingresar. Hay que dar respuestas muy plurales.
-¿Ese debate se está dando?
-En lo micro se está realizando un debate muy bueno, pero en el nivel, de las autoridades no. La mayor hipocresía o careta viene por parte de las conducciones.



El cupo en la facultad de Medicina desató la polémica.
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