Año CXXXVI
 Nº 49.689
Rosario,
miércoles  11 de
diciembre de 2002
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Lograron secuestrar 30 equipos sofisticados por valor de 200 mil pesos
Bares que parecían salones de juego
Los resultados de la investigación sobre apuestas hípicas clandestinas pone en jaque al juez Alzugaray

Desde que la jueza de Faltas Liliana Puccio le dio luz verde a la investigación de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) sobre apuestas hípicas clandestinas, algo que su colega Osvaldo Alzugaray se negó expresamente a hacer, las pesquisas no dejaron de avanzar. Los resultados parecen más que alentadores: además de los allanamientos que se realizaron, 14 personas fueron detenidas e imputadas de estar vinculadas al juego ilegal y ayer no se descartaba que pudieran registrarse nuevos arrestos.
En total, los detectives de las TOE llevan secuestrados unos 30 equipos de comunicaciones, todos muy sofisticados y de primeras marcas (Yaetsu, Kenwood y otros), cuyo valor asciende a unos 200.000 pesos. Ahora esos equipos están bajo la lupa de expertos de la Sección Comunicaciones de la Unidad Regional II, al igual que las poderosas antenas halladas en los bares allanados por la policía.
En el expediente del caso se apilan evidencias sobre la red clandestina de apuestas para las carreras de caballos que se realizan en los hipódromos de la ciudad de Buenos Aires. En uno de los bares allanados por las TOE, en Uriburu 1007, los sabuesos encontraron un lujoso y agradable salón de juegos, "mejor que un sitio oficial", según describió una fuente, donde las carreras se transmitían en directo y se podía apostar al instante. El dueño de ese local integra la nómina de detenidos, que luego fueron recuperando la libertad pero que siguen vinculados a la causa y están imputados de una falta.
El dato es importante porque deja al descubierto la endeblez del argumento esgrimido por el juez Alzugaray al negarse a firmar las órdenes de allanamiento solicitadas por las TOE. Es que, según el magistrado, él no podía allanar bares porque se trata de lugares públicos. Los levantadores de apuestas, claro, no se sentaban en la mesa más cercana a la vidriera sino que se ocultaban tras una pared o una planta más allá, donde realizaban su actividad con la impunidad más absoluta.
En todos los lugares la situación se repetía: las apuestas no se levantaban en los bares sino en salones o habitaciones contiguas. En total las TOE secuestraron casi 30.000 pesos que incluyen pesos, dólares, lecop y patacones, además de equipos de TV, celulares y aparatos de fax.


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