Año CXXXVI
 Nº 49.685
Rosario,
sábado  07 de
diciembre de 2002
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Analisis
Mercosur: los conflictos frenan la integración

Susana Merlo

A diferencia de las grandes urbes, el interior sigue trabajando y el ambiente de conflicto es bastante menos notable, aunque ésto no significa que las aguas estén mansas. Los impuestos, que siempre ponen de malhumor, en este caso están propiciando lo que algún alarmista (o no tanto), ya comienza a calificar como "rebelión fiscal".
La falta de respuestas adecuadas por parte del gobierno a las demandas sobre correcciones en ganancias, que eviten que los productores paguen por beneficios que no tuvieron -ni tienen-, constituye hoy por hoy la mecha que puede terminar en un conflicto de magnitud, mientras muchos optan por presentar recursos judiciales y otros ni siquiera eso.
Pero no es el único tema. Aunque hay problemáticas comunes a todos -como los impuestos, la falta de crédito, o el clima, entre otros- cada rubro presenta a su vez sus propias singularidades: los avicultores luchan por conseguir maíz y pueden enfrentar en no mucho tiempo más un nuevo retroceso con Brasil si se ratifica la medida acordada por los presidentes Cardoso y Duhalde, que deja sin efecto las relativas restricciones a los ingresos de aves desde ese país.
Los productores de soja, teóricamente la "vedete" de esta campaña, sufren cada día con las oscilaciones del mercado y que comienzan a ver que para cuando llegue el momento de la cosecha las condiciones de precios pueden llegar a ser bastante distintas de las actuales, y los beneficios que hoy están previendo con el cultivo pueden llegar a no ser tales (especialmente, si se mantienen las condiciones de retenciones, actualización de tarifas, o aumentos de salarios, entre otras).
A esto se deben agregar las "novedades" inesperadas, tal el caso de los arroceros que tras varias campañas negativas estaban previendo algún alivio para este ciclo, en buena parte de la mano de las exportaciones a Brasil que -tipo de cambio mediante- podrían compensar la caída interna de demanda.
Sin embargo, tal posibilidad puede diluirse si efectivamente el principal socio del Mercosur confirma sus compras a terceros mercados, algo que ya viene haciendo, e intentando hacer, con otros productos como el trigo o el maíz.
La situación -no demasiado infrecuente tratándose de Brasil- coincide sin embargo con la reciente visita del candidato electo de ese país Luiz Inacio "Lula" Da Silva, cuyo discurso lejos de debilitar al acuerdo regional pretendió darle un nuevo ímpetu que, a la luz de los hechos, no se condice con las acciones.
Tal fue la intensidad de su dialéctica que se llegó, incluso, a reflotar el tema del Parlamento regional y otra serie de instrumentos burocráticos con los que -teóricamente- se consolidaría finalmente el Mercado Común del Sur.
Sin embargo, los que están en el tema saben que la particular resistencia que tuvo la Argentina desde 1992 en adelante para dar curso a estos tipos de estructuras.
A pesar de esto, el futuro presidente de Brasil puso justamente a esta burocracia como ejemplo de lo que el Mercosur "debe" hacer. Lamentablemente, se olvidó además, de decir con qué.
De todos modos, estos "grandes" temas parecieron opacar los asuntos cotidianos que tienen a maltraer a muchos productores y que, de no ser resueltos, no habrá Parlamento, ni Corte de Justicia regional, ni ningún otro invento de esa naturaleza, capaz de evitar que el Mercado regional siga diluyéndose en una lenta agonía, de la que sólo quedarán los costos para mantener a los burócratas.


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