Año CXXXVI
 Nº 49.679
Rosario,
domingo  01 de
diciembre de 2002
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Vecinos dicen que harán justicia por mano propia
Cuarenta personas de la zona suroeste exigieron respuestas en la seccional 13ª. Están armadas y dispuestas a actuar

Amenaza. Hartados de los delitos que sufren a diario, vecinos de la zona de Rueda al 4100 (en el suroeste de Rosario) están dispuestos a protegerse a cualquier precio. Y ya advirtieron a la policía que están armados y harán justicia por mano propia. Casi medio centenar se presentó en la comisaría. Están armados y quieren meter miedo.
Los robos en ese sector de la ciudad son parte de la vida cotidiana. Y también lo son el temor y la indiferencia. Es que el vecindario se siente indefenso ante la mirada impávida de los efectivos policiales, quienes argumentan que no tienen equipamiento ni presupuesto para brindar seguridad.
Decididos a encontrar una respuesta, unos 50 vecinos se hicieron presentes en la comisaría 13ª donde pidieron hablar con el jefe interino, Rubén Cortés. "En este barrio no se puede andar de noche ni de día, es impresionante", fue una de las frases que tuvo que escuchar el titular de la dependencia policial.
En efecto, el lugar está apuntado por el delito. "Estamos viviendo una ola de robos, de choreo total", sostuvo Oscar, vocero del grupo. Luego pintó parte del paisaje del barrio. "Los ladrones están armados y los faloperos se juntan en aquella esquina", señaló al hablar de los principales flagelos que tienen que soportar.
Oscar es dueño de una pequeña despensa. El local tiene rejas recién soldadas. Es que las tuvo que arreglar después de que se las rompieran con una sierra para robarle la balanza y mercadería. La cortadora de fiambre se salvó de milagro. "Había viento y no escuché nada", se lamentó la víctima, que vive en el fondo del local.
Parado en al puerta del comercio, sobre Río de Janeiro al 2800, Oscar mira a su alrededor mientras dialoga con La Capital. "Allá enfrente también robaron, igual que al loco de la esquina", dijo.
Los vecinos no dejan de lamentarse ante la inacción de las autoridades policiales. La comisaría que atiende la jurisdicción tiene dos móviles, uno de los cuales está roto.
Por eso, como no hay solución a la vista, prometieron hacer justicia por mano propia. La contestación de la policía fue tajante: "Dijeron que íbamos a caer presos nosotros", relató Oscar.
El comerciante está armado. Tiene una escopeta. "Cuando agarre a uno en mi casa o afuera, lo dejo rengo para toda su vida", amenazó.
En el barrio es habitual portar armas. "Casi todos los vecinos lo hacen", remató.


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