Año CXXXVI
 Nº 49.673
Rosario,
lunes  25 de
noviembre de 2002
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Colombia: cese del fuego de los grupos paramilitares a partir del 1º de diciembre

Luis Jaime Acosta

Bogotá. - Los escuadrones paramilitares de Colombia decretarán un cese de hostilidades por dos meses a partir del próximo 1º de diciembre, luego de negociaciones secretas con el gobierno que podrían dar inicio a un proceso de paz, confirmaron fuentes allegadas al proceso. El pedido estadounidense de captura y extradición del jefe máximo de los paramilitares, Carlos Castaño, habría actuado como disparador de este crucial cambio de actitud de los ultraderechistas, la segunda fuerza armada irregular del país.
De iniciarse un proceso de paz entre el gobierno y las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), sería la primera vez en la historia de este país de más de 40 millones de habitantes que se presenta una negociación entre el Estado y estos escuadrones ilegales armados.
Si las gestiones de paz avanzan y se protocolizan en un acuerdo, se podría cambiar dramáticamente la relación de fuerzas en medio del conflicto colombiano, que cobró la vida a 40.000 personas sólo en la última década.
"En las últimas semanas, con la mediación de la Iglesia católica, se realizaron varias reuniones secretas entre el alto comisionado para la paz (que es un alto funcionario del gobierno) con líderes paramilitares en las que se discutió la posibilidad de iniciar una negociación de paz", confió una alta fuente involucrada en los diálogos.

Presión clave de EEUU
Las reuniones secretas, en zonas montañosas y selváticas bajo el control paramilitar, se produjeron luego de que en septiembre Estados Unidos solicitó a Colombia la captura y extradición del máximo líder de las AUC, Carlos Castaño.
Los paramilitares, con unos 10.000 combatientes a nivel nacional -segunda fuerza combatiente luego de las izquierdistas Farc-, son acusados de cometer las peores violaciones a los derechos humanos de la guerra interna de 38 años. Los "paras", que se financian con recursos de ganaderos, terratenientes y narcotraficantes perseguidos por la guerrilla, son acusados desde hace años por grupos de derechos humanos de recibir el apoyo de algunos sectores de las fuerzas armadas.
Un eventual acuerdo de paz entre el gobierno y los paramilitares, según los analistas, podría facilitar a futuro una negociación de paz con la guerrilla, que en el pasado reciente justificó el fracaso de las últimas negociaciones por la falta de acciones concretas contra los paramilitares.
Estos lograron en la última década desalojar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y al Ejército de Liberación Nacional (ELN) de extensas zonas agrícolas y ganaderas del norte del país que actualmente controlan. También duplicaron su número de combatientes.
El cese de hostilidades que por dos meses se aprestan a anunciar los paramilitares en los próximos días fue una de las condiciones que públicamente exigió el gobierno del presidente Alvaro Uribe para iniciar contactos de paz con esos grupos. El mandatario también pidió la suspensión de los asesinatos selectivos y de las masacres por parte de los escuadrones de ultraderecha. En los últimos meses los crímenes atribuidos a los paramilitares se han reducido considerablemente, admitieron fuentes de seguridad.
Aunque el gobierno guardó silencio sobre las gestiones de paz con los paramilitares, Reuters estableció en fuentes cercanas a las partes que a algunas de las reuniones asistió el alto comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo, y cinco jerarcas de la Iglesia católica. Debido a las crisis y a las divisiones internas de los paramilitares, las gestiones de paz se han realizado con tres bloques, incluido el que lidera Castaño.
Sin embargo, existen líderes paramilitares que se oponen a un eventual acuerdo de paz con el gobierno, antes de que lo haga la guerrilla. "No es oportuno ni conveniente para la paz de Colombia, entrar en un proceso de desmovilización anterior al de la guerrilla", objetó un alto jefe paramilitar que pidió mantener su identidad en reserva. (Reuters)



Castaño, en algún lugar del noroeste de Colombia.
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