Año CXXXVI
 Nº 49.672
Rosario,
domingo  24 de
noviembre de 2002
Min 20º
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cartas
Luchemos por más vida

La cuestión del aborto provocado no debe ser debatible. Se oponen a ello razones científico-biológicas, jurídicas y de la dignidad humana. El aborto provocado lo promueve el norte para que sus sociedades envejecidas sigan gozando de su materialismo hedonista, individualista y egoísta. Lo respalda, también, el fundamentalismo feminista que por necedad absoluta no entiende que la mujer tiene la obligación natural y moral de desarrollar un niño en su seno una vez fecundado, ser humano irrepetible y distinto de sus cuerpos, que ellas pretenden definir en un concepto narcisista. Una vez nacido el niño y si fuere no querido, el Estado por sí o a través de la adopción, deberá hacerse cargo. A su vez, cierta izquierda oral, por motivos políticos y electoralistas y, sin profundización alguna, estimula el aborto. Este tema no es sólo patrimonio de una o más confesiones religiosas. Es un asunto grave inherente a sociedades decadentes en sus valores de vida. Como es también el caso del hambre, la miseria, la desnutrición infantil, etcétera. Luchemos por más niños y la justa y obligada distribución de los bienes de la tierra. En síntesis luchemos por más vida.
Doctor Eduardo Pendino Gil, ex vicedecano de Medicina de la UNR


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