Año CXXXVI
 Nº 49.670
Rosario,
viernes  22 de
noviembre de 2002
Min 16º
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Matanza de perros II

La caja de Pandora en que se ha convertido nuestro país liberó una vez más sus inmundos contenidos ante la mirada absorta del ciudadano medio, confundido, engañado y siempre protagonista de una increíble y pasiva complicidad. En esta ocasión nos enteramos con irremediable tristeza que los burócratas de Comodoro Rivadavia han decidido reinstalar la matanza de perros abandonados como método profiláctico al problema de la superpoblación canina. De esta manera desfilarán por la cámara de gas más de 10.000 animales, que pagarán de una forma atroz la inacción, desidia e incompetencia política de muchos años. Estos perros inocentes que por su sola condición de callejeros cargan sobre sí inimaginables padecimientos, ahora serán exorcizados con métodos inhumanos que todos tenemos derecho a conocer. Así, la "decisión final" autorizada por el funcionario de turno en un cómodo despacho, incluye una captura a gran escala, sin métodos apropiados, donde los lazos, golpes, gritos y un transporte salvaje son el primer paso de este nauseabundo procedimiento. Seguirá el encierro en las cámaras, donde se juntarán de manera aleatoria 30 o 40 animales por tanda, ingresados a la fuerza quizás por una puerta vaivén superior al container, hasta donde son izados con sogas, y una vez caídos dentro -dónde compartirán el reclutamiento a oscuras tanto perros pequeños, enfermos o viejos, hembras preñadas, heridos, dóciles y feroces- comenzará la orgía de sangre producto del pánico y el hacinamiento, en peleas que nadie detendrá. Los que sobrevivan al estrés, los paros cardíacos o al ataque de sus otrora compañeros de andanzas y ahora enemigos por instinto, deberán soportar el monóxido de carbono, cuya lenta dosificación no hará más que aumentar aquellas peleas, en una lucha desesperada por la vida.
Roberto Castaño


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