Año CXXXVI
 Nº 49.669
Rosario,
jueves  21 de
noviembre de 2002
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Oscar Martínez: "No me creo un consagrado"
Oscar Martínez dice que quiere hacer cine pero se queja de que nadie lo llama

-¿A qué le atribuís los cinco años de vigencia a "Art"?
-La gente se sorprende por la experiencia superadora de la realidad. Es muy movilizante y además se divierte. El público se sorprende, se conmueve y se ríe mucho de los personajes. Y además queda con una sensación adicional.
-El espectador logra reanimar algunos valores como la amistad. En muchos casos estos valores quedan relegados por los avatares de la vida cotidiana…
-Eso es una de las funciones del teatro y del arte en general. Es verdad que tiene una función que es divertir, relajar, entretener, pero hay otra más importante que es que te recuerde que somos seres humanos, que expresa una necesidad intelectual, espiritual y de compartir, porque el teatro es comunitario.
-¿El ACE de Oro te sorprendió?
-Sí, porque no lo esperaba. En este país esa clase de reconocimiento lo dan cuando estás con un pie adentro y otro afuera. Es un premio a la trayectoria. Yo tuve la suerte de que me premiaran mucho a lo largo de 30 años, pero ese es un premio especial. En general la gente que lo había ganado me llevaba 15 ó 20 años. Entonces me sorprendió. Quizás me vino bien para darme cuenta que estoy grande (risas).
-¿Cómo se hace teatro en la actual coyuntura?
-No estamos viviendo una situación de relax y hay mucha angustia, pero eso no es malo para el teatro. Nosotros vivimos una realidad muy particular porque el resultado de esta obra es sorprendente. Es como si viviéramos en otro país. Hay que poner sillas y son muchos los espectadores. Y por algo ocurre. Creo que lo que pasa con la obra nos hace más conscientes de este milagro y nos sensibiliza más. Tratamos de dar como siempre lo mejor de nosotros, pero estando en sintonía con esto que está pasando.
-¿Te pesa el prestigio?
-Yo no lo vivo así. Hay parte de verdad en eso, pero también ha ocurrido que me han tratado mal. No me creo un consagrado para nada. Hace muchos años que lo siento de esa manera. Por otro lado es una responsabilidad el hecho de que siempre hayan tenido público las obras en las que he trabajado. Si te ponen la número 10 tenés que salir con esa camiseta. Convivo con eso desde hace muchos años. Pero a su vez me ocurren otras cosas. Hay un cambio generacional muy evidente y uno tiene temor de quedar fuera de eso. Los directores de cine de la última camada no me han convocado. Entonces es raro. Por ejemplo no me llegan papeles para el cine.
-¿Encontraste alguna explicación a eso?
-Yo creo que hoy todo es muy mediático y si no estás en los medios no existís. Los directores son todos iguales, solo van a ver cine. También es una cuestión de edad. Me sorprendo porque me tratan de usted. Y no creo que sea para tanto, pero de hecho es así. Siento que tengo que revalidar todo el tiempo y no existe eso de hacer la plancha. Yo no estoy rechazando propuestas. En algún momento me pasó, pero no es lo que me pasa ahora.
-¿Estás esperando una propuesta con relación a lo cinematográfico?
-Si. Tenía una que lamentablemente no se hizo con Eduardo Mignona. Pero sí, tengo muchas ganas de trabajar en cine.


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